8- La costa es oscura.

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—Gracias... —le dije a la señorita Abril.

—En serio... Beto, deberías dejar de dormir en horas de trabajo —acarició mi desacomodado cabello, ayudándome con el mismo.

—Me quedé dormido en el decimotercer capítulo del nuevo libro que estoy leyendo... Es sobre un pirata que encuentra una isla desierta, pero en realidad solo hay una mujer en la isla entonces...

—Se enamoran, se casan y blah, blah ¡Roberto! Despierta, estás viviendo en tus sueños... Debes de dejar eso, ¿Sí? —señaló mi pobre libro.

Mis ojos miraron con tristeza el libro.

—Pero...

—¡Pero nada! No puedes leer en horario laboral —cerró el libro abruptamente. —Vamos, levántate —me tomó de los hombros, ayudándome a levantarme.

Hice caso a mi amiga y compañera de trabajo, levantándome de mala gana y caminando nuevamente a mi usual área de trabajo, las estanterías.

Mi trabajo se basa en organizar los libros, libros que me vuelven loco.

Y entonces leerlos, una y otra y otra vez.

Es una isla pequeña y anticuada, claramente no hay nada divertido que hacer aquí excepto... Nadar, pescar y esas cosas que se hacen en la playa. Y como mi suerte es pésima, odio el agua, la playa y todo lo que tenga que ver con ello.

Por eso prefiero mi pequeño apartado lleno de libros.

Entonces suspiré tomando mi carrito lleno de libros.

Caminé por los pasillos de la librería acomodando libros y sacando otros que no estaban en su lugar.

Suspiré nuevamente.

—¡Basta de suspiros! —me dijo Ari, llegando a darme otros cuantos libros. —Sé que estás totalmente loco por los libros de piratas, pero debes trabajar.

—Agh... —le volteé los ojos.

—¿Por qué estás tan obsesionado con los libros de piratas de todos modos? Siempre es lo mismo, o el pirata mata a muchas tropas y se hace el mejor del mundo o se encuentra con una señorita que lo hace dejar de navegar —me rodó los ojos.

—Es por mi padre —me recargué en el carrito.

—La historia trágica de tu padre... —suspiró, recargando su cabeza en mi hombro.

—Un día simplemente desapareció... Le juró a mi madre que eso de ser pirata no sería nada trágico... Que serían felices juntos... Pero... Bueno, las olas son más peligrosas de lo que él pensaba.

Ari me abrazó tiernamente, mientras acariciaba mis brazos con los suyos.

Besé su frente.

—Tranquila... Estoy bien —le sonreí.

—Bien... Lo lamento, debes trabajar —sonrió apenada.

Y le devolví la sonrisa.

Continué con mi trabajo, como de costumbre.

⊹ㆍ୨୧ㆍ⊹

La marea me miraba con recelo, chispeaba en mis pies descalzos.

Mi cuerpo se erizó haciéndome un poco para atrás.

Mi pantalón estaba arremangado, mis piernas haciéndole cuna a mi libro y la luna brillaba intensamente.

Acomodé mis lentes, para leer el siguiente párrafo.

"—Y vosotros seríais los primeros en ver mi éxito —exclamó el gran pirata. Pero la bella dama lo detuvo.

One-shots ; SFW ; Robarca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora