3- Jardines secretos.

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-¡Shh! Cállate.- Le susurré, con una sonrisita.

Jalé la mano de mi Roberto, ocultándolo entre los arbustos.

Unos guardias cruzaron, mirando a todos lados.

-¡Despejado!.-

Miré a Roberto sonriéndole.

-Se fueron.- Me puse de pie, limpiando mi traje.

Le tendí la mano, para que la tomara y ayudarlo a ponerse de pie.

-¿Seguro que está bien?.- Limpió su ropa, mientras que yo lo ayudaba.

-Eh... Si, no te preocupes, siempre me escapo ya es común, solo que mi madre se preocupa demasiado.- Acomodé su cabello, pues estaba lleno de hojas.

-Ven.- Tomé su mano, llevándolo a nuestro rincón.

Un pequeño balcón en la orilla de mi estanque privado.

Solté su mano, corriendo a sentarme en uno de los sofás que está allí.

-Su alteza, ¿Puedo sentarme a su lado?.- Sonrió, acercándose a mi.

-¿Hay necesidad de ser tan formal?.- Jalé su mano, poniéndolo a mi lado.

Una pequeña mesita separaba ambos sillones.

-¿Té?.- Tomé la tetera.

-Oh, no, gracias.- Frotó su cuello, nervioso.

Serví una taza para mí, para después acercarme más a mi Roberto.

Bebí mi té, viendo el horizonte.

-Está a punto de anochecer, es hermoso.-

-Lo es.- Beto acarició mi rostro.

Volteé a verlo, con una sonrisa en mis labios.

Solté una risita.

-¿Tanto te gusto?.-

-Me gustas incluso más.- Sus mejillas sonrojadas hicieron sonrojar las mías.

Besé sus labios, suavemente.

-Sabes a hierbabuena.- Soltó una risita.

-El mejor té.- Volví a beber.

Dejé la taza en aquella mesita, para después abrazarlo por la cintura.

-Diego... ¿Algún día podremos vernos tranquilamente? Ya sabes, yo entrando por la puerta principal y no escalando hasta tu ventana.- Acariciaba mi mano mientras decía todo esto.

Carcajeé por lo último.

Acaricié su rostro, tomándolo con ambas manos.

-Ah... Cariño, realmente deseo eso, deseo que podamos vernos mañana y pasado y...-

-Espera, ¿Por qué hablas como si nunca me fueras a volver a ver?.- Se separó de mi, confundido.

Mordí mis labios.

-Diego...- Me miró triste. -Respóndeme.- 

Besé su mejilla.

-Mi padre me comprometió con una mujer y bueno... Viviré lejos de aquí...-

Sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¡¿Y por qué no me dijiste?!.- Sollozó golpeándome en el pecho.

Tomé las manos de mi Roberto, para besarlas.

-Amor mío, sería horrible vivir con tanto dolor en mi pecho...- Suspiré, viéndolo tristemente. -Apenas pude deglutir la noticia... Me la dijeron hace dos días.-

-Ay Diego...- Suspiró, aún llorando.

Limpié sus cristalinas lágrimas con mi pulgar, sonriéndole cálidamente.

-Mira, Roberto, ¿Qué te parece si disfrutamos de nuestro último día?.-

-¿Ya te vas?.-

Asentí con tristeza.

Pero él tomó mi rostro entre sus manos y me besó.
Me besó con el sentimiento con el que ambos estábamos conectados. Sus labios eran la respuesta de lo que sentía su corazón.

Y entonces me separé.
Porque no podía soportar hacerle daño a la persona que me besa con tanta pasión.

-Lo lamento.- Dije en un suspiro.

-No lo hagas.- Volvió a tomar mis manos. -Entiendo tu dolor amor mío, pero por favor no lo sientas, es cierto que vivir es difícil sin ti, pero créeme que vivo feliz si tú estás cumpliendo tu sueño.-

Besé sus manos, sonriéndole.

-Entiendo...-

Guardamos silencio, mientras veíamos como el sol poco a poco le dejaba paso a la luna.

Pronto nuestro pequeño rincón estaba iluminado únicamente por las velas.

Y su rostro se ve más hermoso en esa luz.

-Ah... La luna...- Dije en un suspiro.

-La luna... Es hermosa ¿No?.- Preguntó mi Roberto, viéndome a los ojos.

Sonreí enternecido.

-Puedo morir en paz.- Contesté.

Y de sus ojos brotaron lágrimas. De dolor, de amor, de despecho, de despedida, de felicidad... Era tanto sentimiento en tan pequeños ojos.

Y lo besé.

Besé sus labios con los mismos sentimientos que él me hace sentir.
Con esos ojos tan oscuros como la noche, con ese corazón tan grande como la tierra misma.
¿Cuándo podré volver a ver a mi alma gemela?

-Beto.- Lo llamé, separándonos de nuestro beso.

Pero él no contestó. Su rostro estaba en mi hombro, abrazándome como nunca.

-Beto...- Volví a llamarlo, ésta vez con la voz quebrada.

Negó.

-Roberto...-

Y fue entonces que levantó su llorosa vista.

-Te amo.- Le dije. -Te amo más que a la luna, te amo más de lo que amo ver los paisajes, te amo más de lo que disfruto escribirte poemas, te amo más de lo amo la maldita naturaleza.-

-Lo sé Diego, lo sé.- Me contestó con una voz casi nula.

Volví a besar sus labios, besé su frente, sus mejillas, sus ojos encharcados y sus manos.

-Pase lo que pase, recuerda que la luna es la misma en todos lados y si le dejas un mensaje para mí, ella me lo dirá.-

Me sonrió como pudo.

-Si, Diego, le hablaré a la luna de ti...-












































Wolaaa aquí Mayu 😼.

Ay se me salió lo poética jeje

Estuvo perrón la nt m gustó mucho

Debería hacer un fic con temática de royals? 🫣

Enfin espero les haya encantado!!

Nos vemos luego chikiiiiiisss 💕

One-shots ; SFW ; Robarca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora