Final

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Hyunjin recodaba el primer día que vio a Jeongin a la perfección, compartían clases de arte y apenas llegó a su primer día, lo vio sentado en una esquina junto a Seungmin. 

Ambos estaban hablando hasta que el rubio se hizo presente y Jeongin se le quedó viendo unos segundos, cuando reaccionó, Hyunjin pudo notar sus mejillas tomar color en un suave tono rosa y quiso sonreír, que adorable, pensó.

Para la siguiente clase el rubio había llevado una bandana en su cabello, la vio en su casa y creyó que se vería bien en su cabello ya que estaba largo. Ahora estaba seguro que fue la mejor decisión que pudo tomar ese día.

Cuando llegó, Jeongin fijó su vista en él y le sonrió tímido, para cuando pasó por su lado dijo en voz baja:

— Te queda muy bonita la bandana.

El comentario tomó desprevenido al rubio pero le sonrió de forma dulce, era la primera vez que le hablaba.

— Gracias...— se quedó en silencio porque no sabía su nombre.

— Jeongin, un gusto.—murmuró de nuevo, tímido.

— Oh, un gusto. Yo soy Hyunjin.— le dijo, aunque el menor ya lo sabía.

Se miraron unos segundos más hasta que el rubio se despidió para caminar hasta su asiento.

La clase siguiente Hyunjin sintió ganas de hacerse algo diferente para llamar la atención del peliazul. Por lo que decidió ir con unas trencitas, mal hechas, cabe recalcar.

Jeongin cuando las vio pensó que se veía muy tierno, y deseó por un momento ser él quien lo peinara, su cabello debía ser muy suave... y sus labios también.

El rubio entró algo ansioso por ver que le diría el pequeño de cabellos azules, o quizás no le diría nada y él ya estaba muy ilusionado. 

Pero para cuando sus miradas conectaron, y el mayor pasó por su lado Jeongin dijo:

— Te ves muy lindo... con las trenzas. Y-yo, digo, están muy lindas.— balbuceó. Hyunjin en su mente solo pudo pensar "lindo".

— Gracias, tú tambien te ves muy lindo.— le guiñó un ojo y caminó hasta su asiento porque estaba a punto de colapsar, ¿por qué había hecho eso?

Pero el menor no se quedaba atrás, estaba hecho un tomate.

Todo un mes de clases fue así, Jeongin se encargaba de hablar con Hyunjin por su cabello, era lo único con lo que se sentía en confianza para hablar. Aunque luego el rubio se dio cuenta que no debía hacer mucho para que lo halagara, aunque sonara egocéntrico.

Un día se quedó dormido y apenas se peinó, pero cuando llegó a clases Jeongin de igual forma le dijo:

— Tu cabello se ve muy lindo hoy, Hyunjin.

Y el de cabello dorado ya no sabía si le mentía o lo tenía muy bobo. Quiso optar por la segunda, la primera era muy triste.

Y de a poco fue como ambos se hicieron amigos, hasta que un día Jeongin se atrevió y preguntó si podía peinarlo.

Cuando Hyunjin dijo que sí, fue el día más feliz para el menor, uno de muchos más que vendrían, pero él no lo sabía.

Y desde que el peliazul puso sus manos en el cabello del rubio, ambos de alguna forma supieron que querían sentirse así, y de todas las formas posibles, aunque ninguno lo dijo.

Jeongin era el más feliz y no lo disimulaba, a decir verdad. 

Había estado embobado por Hyunjin desde mucho antes, siempre lo veía en los recreos con sus amigos, lo veía reír y lo vio unas cuantas veces con algunos chicos y chicas. Veces en las que quiso estar en el lugar de cualquiera de ellos, solo tener la atención de ese rubio bonito.

Blonde Hair ➳ HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora