Cristales rotos

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El cristal de una sola caída se partió por la mitad, no hizo falta más palabras, ni ataques sorpresa bajo la manga, una simple oración fue suficiente excusa para darle fin a ese viejo cristal, que ya hablando de grietas tenia algunas, las normales que en ocasiones la vida misma se empeña en marcar.

En cuanto pudo, la soledad, toco la puerta, se arregló para la ocasión, vestía tan seductora llevando entre sus manos café caliente y algunas piezas de pan, de esa forma. ¿Cómo negarle la entrada a alguien?

Recuerdo que nos sentamos por horas en alguna sala de alguna casa, nos mirábamos platicando de la vida, los sentimientos y otras tantas locuras, ella me miraba como si fuese lo más importante; y lo era, desde su punto de vista, lo era.

Esas piezas de pan, no duraron el tiempo que prometían, bastaron un par de mordidas.

Sabía que era incorrecto y aun así, dejaba que la soledad se acercara cada vez más, parecía una escena de alguna película romántica, solo que esta, para nada pretendía terminar con un buen final.

Fuentes

02-06-18

Palabras que no entendemosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora