Monsoon

13. El sueño y el comienzo del infierno

Dos meses habían pasado desde el compromiso de Sesshomaru y Rin, tan sólo faltaban unos días para el esperado evento entre el hombre y la hermosa chica a la cual muchos habían catalogado como una belleza abrasadora.

La celebración de la boda civil sería un acontecimiento único y será espectacular, lastima que no habría una boda tradicional japonesa o una al estilo occidental, que era lo que quería Irasue, pero ya que no era su boda no podía opinar más allá de la organización que le había delegado Rin.

-Sigo pensando que debieron casarse al menos en una boda sintoísta, sólo será algo por el civil, tenía muchos planes con esa boda.

-Lamento decepcionarla señora Irasue, pero por el momento es mejor así, es una decisión que Sesshomaru y yo debíamos de tomar solos.

-Que bonita manera de decirme que no me entrometa- sonrió- pero está bien, lo tolero porque se trata de ti y eres más condescendiente que el ingrato de mi hijo, por favor cuando se casen ante Dios, Kami o cualquier deidad, me dicen para organizarlo, la boda de Kagome e Inuyasha fue espectacular ¿No es así querida?

-Ciertamente señora Irasue, fue un evento del que todo el mundo habló- dijo bebiendo de aquella taza de té.

Las mujeres estaban reunidas en la casa de Irasue en las afueras de Tokio, una propiedad bastante grande y bonita.

-Bueno es hora de irme, te dejo con Kagome, debo de asegurarme que no haya ningún fallo para la boda, con permiso.

Se levantó Irasue de la mesa y se perdió a lo lejos de su casa, Rin exhaló el aire que tenía contenido. La verdad era que prefería algo sencillo, pero Irasue había insistido en qué debía de ser algo magnífico.

-Tranquila- dijo Kagome mientras tomaba la mano de Rin- la señora Bielke puede ser algo intensa, pero es buena persona, lo hace con mucho gusto.

-Eso lo sé- sonrió – es sólo que no estoy acostumbrada a este tipo de cosas, me siento muy abrumada Kagome eso es todo.

-Se cómo te sientes, así me sentía yo antes de casarme con Inuyasha pero después me di cuenta el gran peso que me había quitado de encima cuando la señora Irasue se ofreció en los preparativos.

-Bueno sin duda es algo de alivio, no sabría cómo hacer esto.

-Todo estará bien, ya lo verás.

…

Eran principios de octubre, el aire era menos cálido pero eso no impedía que la boda de Sesshomaru Yanai y Rin Kondo no se llevará a cabo, sin duda algo que había "deseado" desde lo profundo de su corazón Sara.

Se veía arreglada frente a ese espejo, con aquel estúpido vestido, no quería ir a la ceremonia ni mucho menos a la fiesta. Detestaba que su madre la obligara para tal cosa, sabía que le dolía en el orgullo y aún así le decía que debía de ir.

-Estas muy bonita hija mía- dijo Zero desde la entrada de la recamara de Sara- es hora de irnos el chófer nos espera.

-No quiero ir- dijo tajante.

Zero suspiró fastidiada, no podía creer que su hija se comportará de esa manera, sabía que era difícil pero debía de afrontarlo de una vez por todas.

-Escúchame bien Sara- la volteó de un tajo- vamos a ir a esa boda para hacerles entender que no nos importa en lo absoluto que esa mujercita será la esposa de Sesshomaru.

-Pero a mi si me afecta y todo mundo lo sabe, no es que quiera a Sesshomaru, pero tengo dignidad.

-Ay Sara, por dios, deja el drama hay que aceptar la realidad sólo hay que dejar las cosas al señor y todo se arreglará.

-¿De que hablas madre?