Remembrar, perdonar y continuar (Parte 3).

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❝Tu nombre jamás dejará de doler.❞
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Los siguientes meses avanzaron tan lento que se le hicieron casi insoportables

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Los siguientes meses avanzaron tan lento que se le hicieron casi insoportables.

Qi Rong comenzó a salir más de la habitación de su bebé, paseándose por los pasillos con lentitud, con un aura fantasmal que estremecía a cualquiera que lo viera. Casi parecía un fantasma, un muerto en vida, un alma en pena que apenas y podía mantenerse firme.

Comenzó a parecer un espectro que apenas hablaba, y si lo hacía, era para lanzar órdenes en su propia ala del palacio que desde hacia mucho tiempo ya no usaba. Su ánimo e incluso esa presencia juvenil y salvaje, parecían haber desaparecido por completo, dejando detrás una frívola, de carácter irritable, pero lo suficiente vacío y desolado como para que cualquiera que lo escuchara y obedeciera, no recriminara nada pues percibían su humor.

La única vez en la que pudo demostrar un atisbo de sonrisa sincera, había sido cuando un pintor muy famoso, reconocido en todo el país por su magnífico arte, les había traído el resultado de una de las tantas pinturas que le habían pedido.

Con su pequeño, tan joven e indefenso sobre sus brazos, envuelto por mantas anaranjadas, con sus sonrojadas mejillas y su vívida mirada avellana, una la cual el artista supo capturar tan perfectamente que por un momento creyó estar viendo a su hijo de nuevo. No reparó en su propia presencia, la cual yacía sentado en una silla y cargaba a su hijo con una enorme sonrisa orgullosa, o a la figura del otro hombre que se erguía detrás de ellos, con esa mirada y sonrisa acogedoras, con su modesto orgullo por tener a su propia familia, sensaciones que iban dirigidas sólo a ellos.

—El arte ha cumplido las expectativas —había dicho Lang QianQiu con su suave mirada melancólica.

Qi Rong tarareó en respuesta.

Desde que había regresado, por supuesto que su relación se había fragmentado, con una grieta tan grande que era difícil reparar, sin embargo, ambos se permitieron pensar positivamente en medio del desesperanzador camino que se les pintaba enfrente.

Puede que hayan quedado en un punto muerto, con ambos durmiendo en alcobas y alas separadas, o hubiera ocasiones en las que pasaran al lado del otro sin reconocer la presencia ajena, pero cuando se trataba de su hijo, lo fácil que había sido pensar que todo seguía igual que antes.

—Las ha superado, en mi opinión —contestó Qi Rong con calma—. Casi pareciera como si nuestro A-Jian hubiera vuelto a la vida.

Después de un rato de silencio, Lang QianQiu sólo soltó un monosílabo como respuesta.

Por supuesto, también hubo ocasiones en las que no se hacían las cosas fáciles mutuamente. Pero si tenía que haber un ganador, definitivamente sería Qi Rong.

Stay Alive | QiuRong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora