Capítulo 2: La bestia tras la sombra

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Quizá debería apuntarme a algún club para pasar el aburrimiento, he estado procrastinando demasiado desde que llegué a la academia. Ni siquiera me he dado el tiempo de practicar mis coreografías o juntarme con Yoko. Lo único que he hecho encerrarme en el cuarto sagradamente después de cada clase. Lo único desfavorable de esto es que he tenido que escuchar la máquina de Wednesday sonar sin parar, supieran a qué hora se levanta a escribir, las migrañas que me estoy comiendo en este momento son inimaginables.

Clac, clac, clac.

—¿Aún con tus novelas de amor?—pregunté mientras miraba el techo. Le escuché un resoplido de disgusto.

Hay una extraña mancha, de lo que a mi parecer, corresponde a un maldito moho que se ha colado en el cuarto. Lo extraño es que hace un calor seco y las manchas de moho suelen aparecer debido a la humedad persistente.

—Oh vamos, ¿estás comenzando una nueva novela?—le pregunté curiosa—¿De qué se tratará ahora?

—De las mil maneras de asesinar a un licántropo o quizás una nueva enciclopedia de anatomía de hombres lobo—me respondió. Noté que tecleaba más fuerte que de costumbre.

—¡Hey! ¿fue eso un cumplido?—le pregunté riendo. A estas alturas ya me he acostumbrado, un poco, a su extraña forma de ser—Vas a dañar esa cosa si sigues tecleando tan fuerte—le advertí.

—Es nuestro ensayo, Enid—me respondió luego de unos minutos.

Cierto, el ensayo, pensé mientras me volteaba para darle la espalda. Han pasado dos días desde aquellas palabras y de alguna manera me aterra pensar en ese ensayo y en todo lo que tenga que ver con aquella planta. ¿Por qué no podía ser una simple margarita? de esas hay en todos lados, ah claro, olvidaba que dicha planta tenía que ser igual de marginada que yo.

—¿Sabes que puedes utilizar mi portátil cierto? siempre puedes pedírmelo, es más útil si cometes errores, ya que se pueden borrar fácilmente y todo queda guardado en él ¿No es sorprendente?—le dije.

Escuché cuando se volteó para mirarme. Repentinamente ha terminado de escribir su novela de amor.

—Prefiero el deleite de utilizar una máquina de escribir, Enid. Yo no cometo errores—dijo cortante.

—Uy—exclamé a su última frase. La señorita Wednesday no comete errores. Quizás sea mi idea, pero su voz se ha ido ablandando con el tiempo.

—Mañana tendremos que ir por la basura esa, así que espero que prepares lo necesario e investigues bien sobre el tema, yo por mi parte haré lo mismo. Y otra cosa, esa mancha de moho no es normal—terminó de hablar y continuó escribiendo en su máquina.

—Investigué, algo—le comenté, pero no quise seguir con el tema.

Luego de haber estado buscando información entendí un poco el hecho de que la deteste, pues con tocarla puedes experimentar sentimientos de enamoramiento y placer, incluso obsesión. Ella te tiene que encontrar, por algo es tan difícil de conseguir. Uno de los requisitos es haber amado (no entendí bien si a alguien o solo basta con algo) pero definitivamente es una de las cosas a tener en cuenta. El maestro realmente quiere que repruebe la asignatura ¿Cómo saber si he sentido amor? con Ajax creo que aún no he llegado tan lejos. Además, ¿Cuál es la diferencia entre querer y amar? estamos perdidas. Creo que ni siquiera a mi madre la amo, la quiero porque es mi familia, pero amarla es algo de lo que no estoy segura. Bueno, en cuanto a Wednesday de seguro jamás ha amado a alguien en su vida, me da la impresión de que se deshizo de su corazón hace un buen tiempo. Definitivamente le haré la sugerencia al profesor para que nos cambie de tema.

—No puedo recordar la última vez que miré el techo, creo que esa mancha lleva ahí desde que llegamos—dije y volví a recostarme sobre mi hombro izquierdo dándole la espalda.

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