Intercambio de regalos.

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Se miraron desafiantes, una mueca de superioridad en el rostro y cada uno sostenía una caja de regalo con moños coloridos; Starfire creía fielmente que darse un regalo sin ninguna intención detrás sería un gran paso para que fueran amigos o al menos no tratarían matarse cada vez que se vean.

Están en la sala, Raven, Cyborg y Chico Bestia no los acompañan como tampoco Starfire, la alienígena cree que la privacidad ayudará mucho en la relación, «¿Cuál privacidad?» piensa Chico Flash entrecerrando los ojos momentáneamente puesto que si parpadea pierde la batalla de miradas.

Los extraños amigos del lunático pupilo de Batman los están espiando desde la cocina.
No sabe porqué aceptó pero si que se arrepiente, tienes mejores cosas que hacer. Decide que pasar tres minutos mirándose fijamente ya es mucho tiempo perdido por lo que, con un suspiro sonoro y una mueca en el rostro, le entrega de mala el regalo.

—No seas imbécil —murmura Robin con el entrecejo fruncido y rechazando con cuidado de no ser visto por los chismosos amigos que tiene—. Tienes que darlo de buena forma o de lo contrario nos hará hacerlo de nuevo.

—Que fastidio —susurra contestando pero aceptando. Con una sonrisa, demasiado grande que nadie no notaría que es fingida, se lo vuelve a extender—. Mi amigo del corazón, te quiero tanto. Toma esté regalo como muestra de mi amor por tí... Y todo eso.

—Dije que tenías que hacerlo bien, no que te declaras.

—Solo acéptalo y terminemos con esto.

—Bien —gruñe bajito. Rápidamente sonríe de la misma forma que el velocista y con un apretón exageradamente fuerte en la mano del pelirrojo toma el regalo—. Gracias, disfrutaré mucho la basura que me hayas dado —Robin le extiende el presente que tiene en las manos—. Espero te guste, cuando lo ví pensé en tí.

—Seguramente es igual de inútil que tú pero no debiste molestarte.

Ambos se sonríen con incomodidad por tres segundos luego, sin decir ninguna palabra, cada quién se fue por su lado mientras oían a Cyborg preguntar en voz alta si la idea de Starfire era buena. Chico Flash se alejó veloz de la torre, dejó de correr al estar lo suficientemente lejos y abrió el presente que Robin le había regalado.

Una risa se le escapó de los labios, jamás pensó que Robin le prestaba atención cuando hablaba. Sin embargo, en esa caja con moño rojo están los tenis que quería y que había estado hablado junto a un par de calcetas de Bob Esponja; encima de todo una notita que dice:

Para el mejor de los idiotas.

—¿Quién diría que eres tan detallista, Chico Maravilla?

Ahora el velocista solo espera que le guste todo esos productos para el cabello y la cara que le había comprado.

¡Con Temática BirdFlash De Los TTG!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora