IV

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Las mujeres susurraban entre sí:

- Pero todos dicen que el príncipe no quiso estar allí con sus ahora suegros, además no se le ve una cara muy feliz al lado del Jin.

- He escuchado algo similar. Además apuesto a que aún ni siquiera han consumado ese matrimonio.

- El joven príncipe merece una verdadera princesa, no un muñeco que parezca adorno.

Los rumores salían uno a uno de la boca de aquellas mujeres. Inicialmente esto fue dentro del palacio, más tarde se convirtió en el chisme número uno de toda la capital.

Wei Ying se encontraba probando un nuevo talismán, a su alrededor un joven de túnica negra se escondía detrás de un fuerte de madera, el joven rezaba porque este talismán diera buenos resultados ya que el ultimo bueno... la pobre sirvienta que resultó afectada por ello aún se sigue recuperando.

- A-Ning, ve esto -habló su emperatriz con emoción.

- Si ma-majestad.

El talismán había resultado muy exitoso, se trataba de un hechizo para crear niebla y una pequeña ráfaga de brisa que se lanzaba al oponente para distraerlo y aturdirlo. Hoy la persona que era el objeto de prueba se trata de un hombre que había sido capturado por el delito de fraude dentro de Lotus Pier.

- ¡Excelente mí reina!

-Lo sé, ahora anda por unos bocadillos en lo que me encargo de este.

- No traeré muchos ya que casi es la hora de la cena.

- Sí está bien.

El joven eunuco asintió y salió de aquel pato de castigos, en el camino se encontró con una mian mian algo asustada y con una expresión seria en el rostro, Ning de inmediato la intercepto y preguntó por su estado, la mujer le susurro un par de cosas al oído, la expresión del eunuco cambio y le pidió los bocadillos a ella.

- Majestad.

- A-Ning, ¿y los bocadillos?

El eunuco se acercó a toda prisa hasta su majestad y le susurro lo mismo que le había dicho anteriormente la sirvienta.

- Trae un cuervo, enviaremos un par de recados a ella.

- Sí, majestad.

- Ah, y Wen Ning, encargate de que hoy el príncipe duerma con la princesa, no importa sino sucede nada, pero que duerman juntos.

- Entendido.

- Recuerda usar el talismán adecuado para el cuervo.

- Sí, majestad.

Palacio de Brisa nocturna.

Sizhui llegaba junto a su sequito a su palacio, había recorrido más de un puesto para buscar las orquídeas pero apenas si había encontrado unas pocas. Sus sirvientes lo recibieron con una gran reverencia, pero pudo notar en el rostro de su eunuco que algo no marchaba bien.

- Suyin, habla -demandó.

Dijo mientras era seguido por sus tres sirvientes y su guardia. Caminaban a toda prisa hasta el estudio del príncipe.

- Majestad, es que-.

- Dilo con calma, te escucho.

- Verá, el día de hoy que fueron recibidos sus suegros, todo fue un éxito sin igual.

El príncipe asintió no muy convencido, pero sabía que había algo más detrás de aquella sonrisa nerviosa.

- Y bueno después el marques junto con su esposa se retiraron, la princesa fue a dar un paseo y después a dormir un poco. Todo marchaba bien según yo pero-.

La princesa heredera °Zhuiling°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora