Los pasos de pelinegro eran apresurados, los sirvientes se hacían de inmediato a un lado y se inclinaban ante su emperatriz.
— Emperatriz más despacio –pidió Luo Qingyang.
— No, cállense –demandó.
Las puertas del palacio de chispas sobre la nieve se abrieron de inmediato.
— ¡Majestad!
Ouyan Zizhen se apresuró a recibir a la gran emperatriz.
— Majestad, por aquí.
Zizhen sabía que lo podían reprender en cualquier momento por no haber saludado correctamente a la emperatriz, pero el momento no lo ameritaba.
Una vez llegando a la habitación de Jin Ling, todos hicieron una gran reverencia hacia el recién llegado. Una expresión de inquietud se apoderó del rostro del pelinegro.
— Salgan, Xingchen quédate –la voz del pelinegro sonaba distinta. — De inmediato.
— Si, majestad.
— Zizhen.
— Sí.
— Llama al emperador.
— Enseguida.
Wei Ying inspeccionó el cuerpo del castaño, era un evidente envenenamiento.
— ¿Qué demonios pasó?
— Estaba por cincelar un trozo de jade, un polvo extraño salió de él, y bueno segundos después se desvaneció entre mis brazos.
— Maldita sea. Estos hijos de puta están aprovechando cada segundo.
La energía que Xingchen le había transferido al castaño había ayudado un poco, pues el veneno se había retenido y no tenía paso para fluir.
— La doctora Wen no está así que debemos hacerlo nosotros. Xingchen, ¿Qué clase de veneno crees que sea? –cuestiono al erudito.
— No lo sé, es demasiado extraño.
— Yo tampoco puedo adivinar –Wei Ying se sentía demasiado frustrado e impotente en ese instante. — Esperemos al emperador.
— De acuerdo.
El semblante del más alto estaba inexpresivo. El aura de furia rodeaba por completo a la emperatriz.
— El emperador ha llegado –anunció Wen Ning.
Lan Wangji entró a la habitación, a su lado Lan Qiren lo acompañaba.
— Tío –saludo Wei Ying. — Emperador, esto es grave.
— Majestad. Déjeme revisar.
El mayor se acercó hasta el joven postrado en la cama. Inspeccionó con calma, su ceño se frunció un poco.
— ¿Ya ha intentado su majestad romper el vínculo del veneno?
— Lo he intentado, pero debido a la energía que manejo, es obvio que no podré ayudarlo –la frustración acompañaba las palabras del pelinegro.
— De acuerdo. Emperador, permítame hacer algo de inmediato.
— Adelante tío.
El mayor comenzó a emitir energía sobre la palma de su mano, segundos después coloco esta misma sobre el pecho del castaño, dejo su mano posada allí un par de segundos y posteriormente, quito la mano, acompañada de ella venía energía resentida. A modo de que la energía salía, el color comenzaba a regresar al rostro del castaño.
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La princesa heredera °Zhuiling°
FanfictionLos rumores dicen que puede ser tan cruel como sus padres, que es frío como el hielo, y que su carácter no es el mejor. "Oh pobre de aquella doncella qué se convierta en su princesa" -exclamó la mujer-. Una historia qué se cuenta con sólo mirar a e...