14

257 35 4
                                    

La casa de Chanyeol era perfecta, enorme y elegante, así que Baekhyun estaba fascinado y estaría aún más fascinado si no fuera porque Yeol lo había dejado ahí, diciendo que era para Jaseob, para su bebé, al que le puso su apellido sin preguntarle nada. Baekhyun lo maldijo y sin embargo, pensó que estaba bien, porque esa noche, había cenado como hacía tiempo que no lo hacía y eso vaya que había sido una bendición, había comido tanto, que su bebé se sintió bien, pero en la noche, había vomitado, porque a su bebé le gustaba hacer eso, pero ahora ya no le importaba, porque estaba bien, estaba en una casa preciosa, con mucho dinero, rodeado de mucho dinero, y pensó que como en el pasado, eso podría ser bueno, pero algo no se sentía bien.

Chanyeol eventualmente había llenado todo su armario con mucha ropa linda, ropa perfecta para el embarazo, pero lo hacía cuando Baekhyun estaba durmiendo o cuando estaba distraído, no iba a verlo a él, claramente, y no entendía por qué, si él era el que lo había llevado ahí en primer lugar, además de que de repente, encontraba a JongIn y a SeHun por ahí, con la orden de que les habían dicho que tenían que ir ahí a cuidarlo, a vigilarlo, de que no se fuera, Yeol no lo quería fuera, pero tampoco lo quería dentro, no lo entendía y Baekhyun estaba poniéndose cada vez más de malas.

Su bebé lo ponía demasiado sensible, así que comían muchos dulces, todo lo que quería, dormía todo el día y se daba largois baños con agua caliente, pero aunque pensó que eso estaría bien, se sentía herido, no podía dejar de pensar en Yeol con su esposo, seguro que estaba ahí siempre, teniendo sexo y todo eso, a Baekhyun eso lo ponía muy de malas, demasiado de malas, lo ponía tan tenso que ya no quería ni siqueira seguir respirando, se hundía en la tina y esperaba que de algún modo todo se solucionará, pero de todos modos, había terminado salvandose por su bebé.

Jaseob era un fanatico de las frutas, así que estaba comiendo un montón en esos días, pero a la vez, estaba muy estresado y el apetito se le quitaba, así que estaba preguntando qué era eso, Chanyeol era como una pesadilla que lo atormentaba, así que estaba esperando que de alguna manera, pudiera ir a verlo, a quedarse con él un rato, un poco de su atención le vendría de maravilla, pero estaba seguro de que no le daría nada, porque claro que lo estaba haciendo pagar por todo eso que él había pasado, el abandono y ahora que tenía a su esposo, seguro que no lo necesitaba a él, aunque estaba pensando que era un idiota de todos modos, nadie se casaba tan rapido si no fuera por rencor, seguro que se acostaba con su esposo cada noche, vengandose de él mientras pensaba en todo el daño que le había hecho pro JongHyun y Baekhyun se sentía como un tonto, porque en realidad esperaba que las cosas fueran diferentes solo con volver a verse, pero no iba a ser tan sencillo.

Se paró de lado frente al espejo, mientras acariciaba su vientre, tan redondo pero aun no lo suficientemente grande como para dejarlo sin moverse, siempre había sido muy delgado, así que su cuerpo se notaba apenas crecido con ese estómago, pero Baekhyun lo acariciaba con cuidado mientras lo veía, acariciando desde abajo hasta arriba, su ombligo estaba hundido aún, eso era algo bueno, se preocupaba que cuando su ombligo se botará, se viera raro, así que estaba preocupado por eso, pero adoraba a su bebé, su bebé era lo más lindo que tenía, pero nada más tenía eso.

-Jaseob, diría que me encantaría decir que cuando nazcas, nos vamos a ir, de verdad, pero la realidad es que no quiero irme, quiero quedarme en este lugar para siempre, quiero quedarme acá y quiero que tu padre sea solo de nosotros dos.- dijo sin más, estaba sonriendo un poco al pensar en eso, alguna vez había logrado que Chanyeol fuera suyo, que le diera toda su atención y quería esa atención de regreso, la quería toda, toda de vuelta, estaba contento de solo imaginarlo, pero tampoco quería destruir un matrimonio, nunca había destruido uno y esa no sería su primera vez, aunque de todos modos, se sentía como un demente pensando en todo eso. -Mierda, no se que vamos a hacer.-

El placer de ser desafortunadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora