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Baekhyun estaba haciendo todo lo que estaba en sus manos para traer de regreso a Chanyeol, pero nada estaba funcionando, no sabía que era lo que le pasaba, ese hombre, nunca antes se había contenido con nada, era como una gran bestía que siempre quería tener sexo, así que estaba esperando que de algún modo, ese nulo autocontrol que siempre le había caracterizado, volviera, pero era evidente que no iba a iba a poder, había tratado de todo, pero entonces había pasado un mes y su barriga de seis meses, era una señal de que se le acababa del tiempo.

El bebé seguía saludable y Baekhyun estaba feliz por eso, esperaba que su bebé no tuviera complicaciones en el tiempo que le faltaba, así que Baekhyun estaba acariciándolo, estando sentado en el sofá, viendo televisión. Como siempre había sido delgado, estaba tratando de acostumbrarse a que su cuerpo fuera a ese punto de estorboso y que le impedía tanto moverse, aunque aún podía flexionar sus piernas o moverse, se preguntaba hasta qué punto iba a poder dejar de moverse, pero entonces, aún con todo, se sentía muy lindo, con su ropa fina, costosa, que solo acentuaba su figura aun con esa barriga, así que siempre estaba pavoneándose por todos lados.

Estaba dándose la gran vida, pero la realidad es que aun se sentía bastante mal, porque Yeol lo veía y notaba ese deseo en sus ojos cada que los posaba encima de él, Baekhyun se sentía deseoso en verdad, necesitaba tener a ese hombre de nuevo a su lado, pero con su condición, todo se estaba volviendo más y más complicado, aunque no se estaba dando por vencido, en especial cuando había pequeños roces con Yeol, con sus manos, con sus brazos, con sus piernas y Baekhyun se masturbaba con ese pensamiento mientras estaba en la cama, pero eso no era suficiente para poder saciarse, no podía, cada vez sentía que perdía más el autocontrol y terminaba en su cama, abrazado a la almohada que era su alivio, pero aun frustrado, porque eso no lo estaba llenando, no era lo mismo usar sus dedos entrando y saliendo en su trasero, que el gran miembro de Yeol haciéndolo, se masturbaba siempre con esa idea, imaginando que lo estaba penetrando con mucha fuerza, apretando los senos con fuerza y susurrando cosas en su oído.

Baekhyun lloraba de la impotencia al no sentirse bien, necesitaba sentirse bien, quería volver a ser la persona de Chanyeol, quería que se volvieran a gustar, a querer o lo que fuera que fuera aquello, de verdad lo necesitaba, así que Baekhyun solo había terminado lloriqueando muchas noches en su baño, pero no podía hacer nada, menos cuando Yeol parecía enojado con él y quisiera decirle "Superalo" pero sabía que había hecho muchas cosas malas, sabía que había sido un problema para su relación, así que sin más, solo se le quedaba mirando, esperando que pudiera sentir la desesperación en su mirada, pero en realidad Chanyeol era muy bueno, ignorándolo.

Chanyeol como un buen yakuza, le gustaba la vida elegante, una vida costosa y parecía que esa era la misma vida que iba a darle a su pequeño, porque lo llevaba a grandes almacenes elegantes, donde a Baekhyun lo dejaba tomar lo que quisiera, sin importar si era para el bebé o no, podría tomar todo lo que deseará, podía tomar una consola de videojuegos y Yeol no diría nada, pero Baekhyun ya se había aburrido de hacer todo eso, estaba cansado de todo eso, no era el tipo de vida descuidada que quería, en realidad, le hubiera gustado que Chanyeol no le diera nada, pero al menos lo siguiera queriendo, deseando, como fuera, pero no era así, cada día parecía más indiferente, cada día, parecía mucho más ajeno y Baekhyun ya no lo soportaba, pero las ideas se le acababan.

Chanyeol sabía que Baekhyun estaba desesperado, se le notaba en toda la cara, era evidente, lo conocía muy bien, para bien o para mal, pero era claro que algo lo estaba molestando, que lo detuviera siempre que quería comenzar con algo, lo estaba matando, pero la verdad es que pensaba que aun no pagaba lo suficiente, aun cuando quisiera, sabría que Baekhyun no se habría podido arrepentir lo suficiente aun, incluso muchas veces se había quedado afuera de una alcoba, viendolo tocarse, proque era claro que la falta de sexo lo estaba matando.

El placer de ser desafortunadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora