Antes de el baile de el agua y el fuego, entre una bastarda y una reina, ocurrió la danza de los dragones, donde los antepasados de estas dos mujeres lucharon entre ellos mismos, perdiendo el poder que ambas cargaban como una sombra detrás de su esp...
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Se miro frente al espejo poniendo la tiara sobre su plateado cabello, acomodando este alrededor de su rostro, viendo como la bella corona que decoraba su cabeza parecia hecha a la medida, siendo como el accesorio que le habia faltado todo ese tiempo, siendo que el peso de los diamantes y el oro encima de su cabeza era nulo, como si su craneo hubiera sido formado para sostener una corona sobre ella, sabiendo por las palabras de su padre, que ella era una princesa, una que estaba destinada a reinar algun dia. Quito la corona de su cabeza dejandola frente a ella, sabiendo que dentro de la comodidad de su alcoba podia usarla cuanto quisiera y soñar despierta con un futuro prometedor, pero mientras tanto debia guardar esos sueños y deseos dentro de sus cuatro paredes. Escucho un aullido venir detras de ella girando a ver a Dārilaros desde su pequeña cama obsevandola con detenimiento.
—Se lo bien que se me ve Dari, pero no es correcto que la use mi principe— se acerco al dragon de escamas azuladas poniendo su mano sobre su cabeza viendo como estas ya eran del mismo tamaño, acariciandolo con ternura —Ire a una caminata, no me extrañes— alejo su mano de el dragon caminando hasta la puerta de su habitación, saliendo de esta con sigilo, empezando a caminar por los oscuros pasillos de la fortaleza, dejando que su vista se acostumbrara a la oscuridad de estos para empezar a deambular con gracia a su ancho y largo.
Era una costumbre que habia tomado en el tiempo que habían estado en Pentos, por mas que le gustara escuchar, había un sonido que era su favorito por encima de los otros, el sonido de la noche. Murmullos siendo presentes por los paillos, grillos cantando escondidos en las esquinas mas polvorientas, el rugido de un dragon haciendose presente de un momento a otro dandole ese toque de hogar que tanto adoraba, la noche era una parte bella de la expriencia se vivir, algo que incluso Daenys a sus cortos 10 años de edad habia descubierto
Subio las escaleras de caracol que daban hasta la parte mas alta de el castillo siendo el techo de este, donde le gustaba sentarse sobre el suelo y ver las estrellas encima de ella, recitando el nombre en alto Valirio que estas tenian, queriendo aprender cada una de ella a su perfeccion. Mientras daba ligeros e imperceptibles pasos por los escalones de piedra unas voces familiares hicieron que su caminata perdiera la emocion principal, acercándose lentamente a donde la voces venian
—Laenor ha escrito— reconocio la voz de Laena venir de la asotea escuchando la emocion dentro de esas tea simples palabras —Rhaenyra dio a luz a otro hijo— por esas palabras supo la expresión que su padre tendria en su rostro en esos momentos, habiendo estado presente cuando recibio lq noticia de los primeros dos hijos de la princesa
—¿Tu hermano tambien menciono si este tambien comparte un marcado pero enteramente casual parecido con el comandante de la City Watch?— dandole la razon una vez mas, Daenys habia demostrado que el don del escuchar era una gran habilidad, sabiendo que normalmente su padre se reprimiría esos comentarios tan acidos enfrente se ella siendo que no era la manera en la que una princesa debia ser criada, pero demostrando su verdadero caracter junto a su esposa
