Capitulo 7

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Si pudiera escoger un día en el que cambio finalmente seria ese, cuando su padre la dejo de ver como su pequeña princesa, para empezar a prepararla para la gran mujer que sabia com certeza seria algún día

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Si pudiera escoger un día en el que cambio finalmente seria ese, cuando su padre la dejo de ver como su pequeña princesa, para empezar a prepararla para la gran mujer que sabia com certeza seria algún día. Entrenaba de manera diaria con su padre en las orillas de el mar enseñandole todo lo que sabia, asegurandose de convertirla en una guerrera de el nivel que el fue, una que no tuviera miedo de el mundo que estaba frente a ella y no escapara de cualquier batalla que fuera puesta frente a ella.

Dos años habian pasado y ahora contaba con 14 años de edad, a pocas semanas de cumplir sus 15 dias del nombre, pero preocupada, ya que a diferencia de las demas mujeres que conocia, incluso sus propias hermanas menores, su luna de sangre ya habia llegado, de todas menos la de ella. Temia que al haber participado en actividades tan masculinas por tanto tiempo, su feminidad habia sido perdida, escuchaba lo doloroso e incomodo que era ser una mujer completa, sufriendo dolores incontrolables, sangrando cada par de semanas, pero era lo que venia con ser mujer, y no le gustaria perderse esa oportunidad, siendo que su ego habia crecido enormemente con los años y la continua convivencia con su padre, la habia hecho que odiara perder.

—¿Que se supone que debo hacer si nunca llega?— pregunto a el dragón sobre el que estaba recargando mientras limpiaba el filo de su espada abrillantando el acero de esta —Entrare en edad de casarme y puede que Lords empiecen a pedir mi mano en matrimonio, pero no me conocen, solo saben que soy increíblemente bella— escucho un gruñido venir de la criatura haciendola sonreir, los años habian sido benevolentes con ella, dandole la belleza Targeryan, con ligeras y definidas facciones demasiado afeminadas y bellas, asi como un ligero y bello cuerpo que se encontraba formándose con velocidad, segun los Maesters eso era prueba que su luna de sangre podria estar cerca, pero otra cualidad que habia heredado de su padre, era su impaciencia —Me gusta ver que concuerdes mi principe— se giro y dio un beso sobre las escamas de el dragon, dejando su frente sobre el acariciandolo con la mano, siendo que a lo largo de su vida su dragon siempre habia sido su mejor compañía, posiblemente siendo porque nunca la contradecía —Solo no quiero perderme de experiencias, me gustaria que me cortejaran y que un lord de alta cuna soñara con que yo tuviera su desendencia, muy probablemente lo mandaria a que comiera mierda...— una risa hizo que abriera sus ojos con fuerza girandose con su espada en las manos dispuesta a atacar, solo para toparse con el príncipe Jaecarys llegando a la cueva donde estaba con Vermax detras de el —Mi principe...

—Mi princesa— le dijo aun con una sonrisa en sus labios de la risa que sus palabras le habian provocado haxe unos momentos —Lamento muchisimo haber escuchado sus confesiones, no era de mi conocimiento que tambien venia a esta cueva.

—Jace, llevamos viviendo juntos casi 4 años, puedes dejar la formalidad— le dijo guardando su espada dentro de su cinturón compartiendo la sonirsa de el principe

—Lo se, pero me gusta respetarte, sonries cuando la gente lo hace— le dijo mientras caminaba hacia ella, Jaecarys era solamente dos años mas joven que ella, pero habiendose desarollado al mismo tiempo que ella, siendo que ambos principes ya tenian la apariencia de jovenes adultos.

The Mad Princess - HOTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora