Baifern abandona el baño con pasos torpes como alguna despreocupada cualquiera, durante todo el pasillo hasta la barra mirando el teléfono, cuando se detiene al lateral de la barra bajando el teléfono a su pecho y abriendo la boca: se queda corta de palabras. Ahí no está Gulf. Ni siquiera su bolsita. Lo busca alrededor.
Se agacha sobre la barra para preguntarle al barista. —Disculpe, ¿ha visto al chico moreno sentado aquí? — Señala la silla previamente habitada. El barista, pasando un pañuelo por el interior de una copa, también mira, pero endereza la espalda en orden de hablarle respetuoso. —Lo vi irse. Creo que ya se fue, lo siento.
—Ah no, está bien. No es por nada malo. Gracias.
«Creo que ya fue a proponérselo. Qué tierno. Bueno, no valdrá de nada ir a la habitación mía y de Mew. Seguro ya estará durmiendo... Es aburrido. » Mira triste las escaleras. Sin llorar ni con las intenciones de, pero sí extremadamente triste. Como si sus sentimientos fueran dirigidos hacia un cuerpo obsoleto. «Mejor iré a otro lugar. » Parpadea para aliviar esas penas entonces se va a paso rápido. Dirigiéndose, en su total firmeza, a la salida.
🐱
Gulf y Mew han abandonado todas sus ropas alrededor de la cama y se están besando apasionados. Besándose con una lentitud tortuosa en el que comienzan bajando las quijadas enormemente y las suben en unísono. Están desnudos. El pelinegro arriba mientras el moreno acostado por completo. Manos apretando de vez en cuando los hombros ajenos. Esos dedos amasan la carne como masa de harina. Moldean firme la porción seleccionada hasta deslizarla para abajo en un apretón. No es consciente, solo una manía.
Mew acaricia las hebras ajenas con una mano mientras con la otra mantiene su peso. Hundiendo una porción de la cama tanto como si tuviera la fuerza de mil hombres. Con suerte no rompe esta. Deja de centrarse en los labios, para trazar una línea de besos por su cuello. Queriendo oír algo más que palabras en su Jerry.
Con besos minúsculos propocionados en su cuello, Gulf mira el techo sumiso. Los ojos cristalizados.Sigue trazando besos hasta que va bajando por sus pectorales y la línea vertical que divide estos. Engulle una aureola erecta para lamer en círculos esta. Explícitamente crea un pequeño espacio entre la aureola y su boca para que el otro vea las lamidas que le da al igual, su dedicada mirada.
—Huh. Ngh... — Gulf gime leve. No con toda la satisfacción que imagina tendrá una vez estén haciéndolo. Le acaricia el cabello al pelinegro. Peinando sus cabellos hacia atrás cada vez con más esmero. Ante las caricias, Mew lo mira sin dejar de hacer lo suyo, entonces pasa al pectoral faltante.
—Mew... Por favor. — Ruega Gulf desesperado. Le sujeta las mejillas alzando así su rostro para que se nivelen. Ambos se miran intensos.
—¿Qué quieres, mi amor?
—¿He sido ascendido de nugget a "tu amor"?
—... Es solo como te llamaré en la cama... Por hoy, al menos. Tus deseos, serán órdenes. — Concede rasposo Mew. Invocando una sonrisa serpentina.
—Deja de torturarme, entra de una vez.
—Mi amor, entiendo que estés desesperado, pero las cosas no suceden así. Hay que prepararte o te dolerá muchísimo. Si se tratara de sexo casual, no me parecería mal, pero se trata de alguien a quién quiero y con quien finalmente estoy haciendo esto, — Le acaricia una mejilla y Gulf permanece cedido mirándolo. Atesorando sus palabras. Incluso auto-cincela su mejilla en la mano. —no quiero herirte.
—Está bien.
🐹
Luego de la preparación, Gulf está sentado sobre él brincando las caderas tortuosamente lentas. Los dedos de sus pies bajo sus glúteos se encogen ante el dolor, pero él serpentea el pecho de adelante a atrás. Rodea los hombros colosales del pelinegro con un brazo como soporte mientras el pelinegro le rodea toda la espalda con un brazo... Sujetándole el hombro derecho. Gime gustoso con cada brinco. Por más lento y novato que sea.
Abre la boca en una sedienta " o" intentando mantenerle la mirada. Gulf igual se la intenta mantener, pero le duele. Le es agonizante intentar congelar la mirada del otro en la suya. Cierra un ojo por el ardor, mientras gime, pero termina abrazandolo por completo. Hundiendo su rostro en su cuello.
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Tom & Jerry| MewGulf
HumorDos rivales en la lucha de ser presidentes poco a poco van notando que el "odio" que sienten hacia el uno al otro podría ser lo opuesto. Pero, siendo figuras públicas cualquier escándalo a la luz podría destruirlos. Esta comedia romántica te espera...