Capítulo 4

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Severus no lo podía creer, por más que lucho contra sus deseos para no caer ante ella, lo hizo como un chiquillo, pero juró que esa sería la primera y última vez; jamás permitiría que esto volviera a pasar.


Otro día normal, Hermione al momento de terminar de bañarse sintió mucho remordimiento por lo que hizo la noche anterior de su castigo, como podría a volver a ver a su profesor a los ojos, ¡Por Merlín era Snape!, un profesor, alguien mayor, que aunque admirara jamás se metería con él, algo le pasaba debía averiguar qué; mientras pensaba en todo ello termino de arreglarse y se volvió a poner el mismo "perfume" y su cuerpo volvió a sentir esa necesidad de su profesor, todo pensamiento de culpa desapareció y se fue a su búsqueda.


Empezando la clase de pociones, entro Severus a su clase sin querer mirar al asiento de su alumna que por sus habilidades de espía podía sentir como ella lo observaba, dio las instrucciones y todos empezaron con sus pociones, mientras que él se hundía en los trabajos por terminar que se encontraban en su escritorio, por mucha distracción que hubiere él podía sentir la mirada de su alumna y él solo se limitó a levantar la mirada para ver si sus alumnos seguían en calma, pero eso duro poco, se oyó un fuerte golpe de los asientos del centro del salón y sin duda Severus sabía de quien se trataba y no dudaba que lo había hecho a propósito.


-. Que pretende Granger, un error así puede ser mortal para sus compañeros-.

No pudo evitar sentirse indignado de lo que hizo solo para llamar su atención, buscaba otro castigo.


Se acercó a ella y al momento de hacerlo a pesar de todos los vapores y olores de las pociones de sus compañeros pudo apreciar el aroma de ella, su mente se disparó al recuerdo de la noche anterior, no pudo evitar que su ingle sintiera calambres, no debía hacer eso sería vergonzoso.

-. Ahora como castigo, se quedara a limpiar todo esto, los demás retírense-.


Todos los alumnos como humo salieron, mientras que Severus miraba iracundo a su alumna, ella lo miraba completamente apenada, jamás se hubiera atrevido a hacer lo que hizo realmente le estaba afectando y no sabía porque, pero ¿Porque razón tenía que mirarla así?, hacía que se excitara solo con su mirada, no quería que volvería a pasar lo de la noche anterior creería que ella era un fácil y no era así.


Asintió y se dispuso a limpiar resistiéndose a saltarle encima, no podía seguirla mirando necesitaba bajar el calor que ella le provocaba.

Salió rápidamente del aula y se dirigió al baño de prefectos del segundo piso, era un lugar privado, y bastante grande, nadie vería lo que allí ocurre pero primero debía ir a su oficina por algunas cosas para darse un baño.


Tardo alrededor de media hora y no podía quitarse a su alumna de la cabeza era necesaria esa ducha, solo de pensarlo sentía como su ingle quería cobrar vida, además si pasada por su aula Granger ya habría terminado no tendría problema de pasar por ahí sin encontrársela y evitando a los alumnos llego al baño de prefectos.


Ya en la entrada a la puerta principal.

Abrió de golpe la puerta del baño con la intención de meterse de cabeza bajo la ducha fría.


Una ventana de vapor ardiente con olor a cítricos le arrasó la cara y le quemó el torso.

-. ¡Por Merlín!-. Bramó sorprendido antes de quedarse petrificado

Del odio al amor solo hay ...Una pociónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora