Capítulo 8

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Hermione descansaba su cabeza sobre el hombro de Severus.


Él apoyó su mentón sobre la cabeza de Hermione. 


Sus cuerpos permanecieron unidos en un abrazo que, extrañamente, no era erótico ni apasionado, pero del que emanaba algo así como... "Amor verdadero". 


Ese irreal sentimiento del que hablan los cuentos para niños.

Cuando fue capaz de volver a respirar con normalidad, Severus se levantó, tomando a Hermione entre sus fuertes brazos, y la dejó con ternura sobre la cama. 


Depositó un casto beso en su sien y miró a su alrededor. 


Adoraba a esa pequeña chica. 


-. No te muevas-. Susurró.


Severus se levanto por una manta para cobijar a su pequeña, desde ahora la protegería porque aunque no hubiera penetración ya era suya.


Hermione al sentir la manta suave sobre ella, la olio y sintió el aroma de Severus en ella, después de un rato un escalofrío la recorrió cuando sintió las manos de Severus acariciar su cuerpo, recorrerlo, como si estuviera tan ciego como ella y quisiera aprender sus formas con los dedos. 


Gimió cuando sus yemas, ásperas y cariñosas, trazaron los contornos de su cara.


-. Ahora estamos los dos a oscuras-. Afirmó él.


Y dicho esto, la abrazo y ambos se dejaron llevar en los brazos de Morfeo.

...


La mañana llego y el cuarto del murciélago de la mazmorra se ilumino, tocando lentamente la cara del príncipe mestizo, poco a poco abrió sus ojos y no hubo mejor forma de despertar que ver a su pequeña dormida frente a el, sin querer despertarla acerco su mano a su rostro y acaricio con suavidad su mejilla.


Lentamente Hermione abrió los ojos y con una gran sonrisa recibió la bienvenida del día al lado de su príncipe mestizo.


-. Bueno días-. Dijo ella sonriendo, tal sonrisa que el no tardo Severus en imitar.


-. Buenos días, debes levantarte o mejor dicho debemos levantarnos, tenemos clases-.


-. Está bien, hasta esta noche-. Se levanto enrollándose la pequeña manta en su cuerpo y antes de adentrarse al baño rodeo la cama y llego frente a Severus y le dio un casto beso en los labios.


Severus la vio adentrarse en el baño, y preguntándose si alguna vez había sido tan feliz como lo era ahora.


...

Hermione se presento al desayuno con una gran sonrisa, y Severus apareció rato después con su misma ropa y su misma capa, un poco más fresco, pero tratando de poner su cara de siempre; vaya que solo la diferencia de esos dos, solo ellos lo podían descubrir.


Las clases transcurrían normal y ambos esperaban la noche, dicha noche que no tardó en llegar; Hermione se encontraba en su habitación arreglándose para ir a ver a su querido profesor, cuando oyó que alguien tocaba su puerta, ella alzo la voz pidiéndole que pasaran y pudo ver a lavender cruzar el umbral.


-. Hola lavender que se te ofrece-. 


-. Hermione, dijiste que revisarías mi poción pero hace varios días no he sabido nada, donde se encuentra.-


Lavender examino con la mirada la habitación de Hermione y pudo ver en una pequeña gradilla para tubos de ensayo frente a su espejo, su poción prácticamente ya casi vacía.


-. La has estado usando-.


Hermione sorprendida se acercó al frasco que lavender le señalaba.


-. Claro que no, esto es un perfume que Ginny me regalo-.


-. Te equivocas, puse mi inicial en la parte de abajo del frasco, mira-.


Lavender giro el frasco y Hermione pudo ver que tenía la razón, eso no podía ser, de repente se sintió mareada y con muchas ideas en la cabeza, así que le dijo a lavender:


-. Perdona, tengo cosas que hacer puedas volver mañana-.


Lavender no entendía por qué, pero Hermione se veía muy confundida, lo mejor era dejarla sola y mejor se fue.


Del odio al amor solo hay ...Una pociónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora