Capítulo 7

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ADVERTENCIA : ESTE CAPÍTULO ES SUBIDO DE TONO , UN POCO DE LEMMON ,SI LO LEES QUEDA BAJO TU RESPONSABILIDAD ,gracias y que disfruten del capítulo .


Al llegar a su oficina entraron directamente a la habitación y el sin pensarlo se quitó toda la ropa desde su camisa hasta los pantalones, por fin Hermione lo vio completamente desnudo.

Tragó saliva, Hermione siguió el movimiento de su nuez y después desvió su mirada hacia la clavícula y más allá.

El vello de su pecho formaba remolinos sobre sus pezones y descendía en un fino hilo hacia su ombligo, rodeándolo, para luego bajar como una flecha hacia su ingle.

Enmarcado entre los rizos morenos, su pene se mostraba erecto e insolente, tentador y expectante.

-. ¿Me estás mirando?-. Preguntó él.

-. Sí-. Hermione se sentó en el borde de la cama.

-. ¿Te gusta lo que ves?-.

-. No te imaginas cuanto-. Respondió ella, acercándose lentamente hacia él, deslizando un dedo por el tallo de su pene.

Este saltó en respuesta.

-. Cierra los ojos-. Ordenó él.

-. Quiero mirarte-. Se rebeló Hermione sin dejar de recorrer con su dedo la suave tersura del pene.

Él extendió sus manos hasta tomar la mano con la que jugaba con su pene y la asió por la muñeca, obligándola a desplazarse hasta su pecho.

Hermione gimió al sentir el roce de su ensortijado vello contra las yemas de sus dedos y comenzó a jugar con sus pezones.

Él recorrió con sus manos los brazos de Hermione, acarició lentamente su clavícula, se detuvo en el cuello, buscando con las yemas la vena que palpitaba en él, notando cada latido de su corazón.

Luego siguió ascendiendo por su rostro hasta encontrar la humedad de sus labios, siguiendo su curva; el índice se coló entre ellos y jugueteó con los perfiles afilados de sus dientes.

Hermione gimió y lo absorbió dentro de su boca, lamiéndolo y aprendiendo cada aspereza de su yema sin dejar de mirar y acariciar su blanco torso.

Él liberó el dedo que tenía preso en la boca de la mujer y ascendió con las dos manos por su rostro, dibujando sus pómulos con el pulgar hasta encontrar los parpados que enmarcaban sus preciosos ojos.

Posó las palmas sobre sus mejillas.

Entonces, observó a Hermione.

Tenía las mejillas arreboladas, los labios entreabiertos, la cabeza inclinada hacia atrás.

Era preciosa.

Tenía el pelo suelto y le caía en ondas enmarcándole la cara.

-. Jamás pensé estar así contigo-. Susurró él contra los labios tibios de su mujer.

Ella no pudo responder.

Él se apropió de su boca en ese momento, la besó como si hiciera años que no se hubieran visto.

Y aunque no era cierto, ambos se sentían así.

Estuvieron besándose hasta que sus labios quedaron entumecidos.

Las manos de ella posadas sobre el pecho fibroso y velludo de él.

Sólo sus lenguas se movían, penetraban en las bocas, recorrían el cielo del paladar, tentaban la dureza de los dientes y recorrían el interior de las mejillas.

Del odio al amor solo hay ...Una pociónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora