Cambiemos El Destino. © 윤민. Libro 2

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Capítulo 16.

El sentimiento de dolor persistía en el pecho de Jihoon, junto a los torturosos recuerdos en su mente sobre su vida pasada. Sus padres y sus amigos.

Se sentía completamente y el sentimiento de extrañar a sus padres siempre lo perseguían, pero trataba siempre de decirse así mismo: "espera un poco más".

Jihoon apretó aquel y dichoso libro negro con una luna roja dibujada en el medio. Estaba cansado de leer ese libro y de recordar todo.

La ansiedad recorrió e invadió su cuerpo y soltó el libro, para levantarse de su cama y levantar el colchón para sacar una hojilla de allí. La acercó a sus hombros, pero se detuvo antes de hacer otra cortada de tantas que habían y habitaban en sus pálidos hombros.

Apretó la hojilla con su dedos, cortando sus dedo e hizo otro corto en su hombro. Un hilo de sangre comenzó a caer e inmediato tomó una toalla húmeda que tenía en su mesita de noche y la pasó por la alargada y poco profunda herida.

— ¡Jihoon! — llamó su hermana desde la planta de abajo, haciendo que pegará un respingo.

Limpió la herida con rapidez, guardó la hojilla debajo del colchón y corrió al baño para botar la pequeña toalla llena de sangre en la papelera.

— ¡Ya voy!— gritó en respuesta.

Buscó en su clóset un suéter y se lo puso para que no vieran su cortadas ni las cicatrices. Antes de abrir la puerta para bajar, respiró profundamente y salió, bajó las escaleras y se dirigió a la cocina donde su hermana estaba.

— ¿Qué?— preguntó, al verla ordenar la repisa.

— papá kookie me llamó y me dijo ya venía, y que tenía algo que decirnos— comentó sin mirarlo, mientras ordenaba la comida.

— ¿Y?

Ella se volteó y le propinó un golpe en la cabeza.

— ¿Acaso no es algo obvio? Se trata sobre nuestros padres, Jihoon. El tono con que me lo dijo significaba eso, ¿No es eso genial? — los ojos de Ji Eun brillaron esperanzados.

Jihoon tragó grueso y negó con su cabeza sin poder creerlo.

— tiene que ser otra cosa, Eun. No te ilusiones— dijo, matando las ilusiones de el y la de su hermana.

— es eso, hermano tonto — insistió—. Lo presiento y lo sé, se que kookie nos dirá algo sobre nuestros padres.

— eso no es posible, Eun. No seas ilusa — pasó por un lado de ella, para abrir la nevera y sacar un speed.

— es la verdad, Jihoon— insistió—. ¿Dónde están las esperanzas que teníamos? — le cuestionó.

— se las llevó el diablo hace unos años, acéptalo— espetó y salió de la cocina.

— se que todavía lloras todas las noches por los recuerdos, Jihoon— caminó detrás de él, persiguiendo lo—. ¿Vas a mentirme a mi que soy tu otro yo?

Jihoon se volteó a verla Y retiró la lata de su boca, para dejar de tomar de ella.

— si.