🔥¿a qué no adivinas quién soy?🔥

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Capítulo 08.

¿Qué te tiene tan incómodo? ¿Mi mirada o las apretadas sogas en tu cuerpo?— casi preguntó con burla, observando al pelirojo Omega, remover se de incomodidad.

Jimin tenía los ojos vendados, sin poder saber quién era el dueño de su tortura. Su mirada era tan familiar a la del chico del bar; una mirada que no iba a olvidar y que podría reconocerla de inmediato.

¿Era ese chico quien lo tenía de esa manera o sus estúpidas hormonas fastidiando otra vez?  Nunca se había sentido así de excitado por alguien con solo una mirada, hasta que llegó cuyo chico que no sabía su nombre.

Jimin trató de librarse de las sogas y nudos en todo su cuerpo, pero era inútil porque estaba demasiado apretadas que al quitarlas dejarían el patrón de ellas en su cuerpo.

— quítame ésto— rogó.

— ah-ah. ¿Por qué no me pides que haga otra cosa por tí? — preguntó y escuchó sus pasos acercarse a él y detenerse a los pies del sofá—. Podemos comenzar por éste problema— rozó sus dedos por el erecto pene de Jimin, haciendo a este jadear.

Jimin estaba totalmente expuesto a aquel chico, debido a que sus sogas mantenían sus muslos pegados a su pecho y sus manos amarradas detrás de su espalda, y ella recostada en el respaldar del sillón.

— t-tócame más — pidió y movió sus caderas hacia adelante para obtener más contacto.

— calmadito— susurró a su oído y mordió su oreja —. Comencémos por aquí— empujó con sus dedos el pequeño aparato en forma de óvalo que estaba dentro de su ano.

Jimin sintió como ese aparato comenzó a vibrar dentro de el y sin poder retener se, comenzó a jadear y gemir; remover se del placer y pedir por más.

— Es... Esto es una tortura— gimoteo.

— pero te encanta— Jimin dió un respingo cuando sintió los labios del chico recorrer su abdomen—. ¿Te encanta?

¿Cómo decirle que no a un desconocido que sabía hacer algo así de delicioso? Jimin no era así de sumiso, pero ese chico logró sacar ese lado de el, con esa grave voz que se le hacía tan familiar y esa intensa mirada recorriendo su piel.

— ¡Me encanta!— exclamó extasiado, cuando pasó su lengua por el glande del Omega. No dudó en arquear su espalda cuando subió la intensidad del pequeño aparato.

— ¿Qué te encanta? — molestó y mordió el interior de los muslos del menor.

— e-esto me encanta— gimió y movió sus caderas en círculos.

— ¿Ésto?— preguntó y dió un lenguetaso a su pene, haciéndolo estremecerse—. ¿O esto?— subió aún más la intensidad del vibrador, causando que Jimin lloriqueara de placer.

— ¡Ambos, joder! — exclamó.

Yoongi observaba como Jimin estaba completamente dormido, pero se removía y gemía algunas cosas que no hacían más que excitarlo.

Se supone que la hipnosis era para relajarlo, pero al parecer se tomó el tiempo de soñar cochinadas.

Unas ricas cochinadas.

Cambiemos El Destino. © 윤민. Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora