"𝑨𝒓𝒅𝒆𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒆𝒏 𝒄𝒆𝒏𝒊𝒛𝒂𝒔"
Tres años han pasado para Marco e Isabella.
Un futuro feliz les espera.
Pero cuentas pendientes del pasado vuelven de la misma tierra para atormentarlos.
Tras unas cuanta...
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Bruno
Amo cuando las cosas me salen bien.
Dejo salir el humo de mi cigarro observando la vista que tengo desde el balcón de mi casa en medio de una concurrida ciudad.
Múnich, Alemania.
Mi padre siempre me habló mucho de aquí, es mi ciudad natal.
Estuve en Alemania los primeros 4 años de mi vida.
Ahora volví aquí huyendo de mi pasado, o más bien...
Creando un nuevo futuro.
Apago el cigarro y doy la media vuelta para ir a la sala.
Mi casa es más bien un castillo medieval del siglo XIX, lo compré sin dudarlo porque quise y pude.
Bajo la escalera vestido completamente de negro, hoy es un día muy especial.
Llego al salón principal y medio sonrió al ver a mi esposa amamanta a nuestra hija de 4 meses en el sofá y sonríe al verme.
Amo esto de ella.
La forma en la finge gustarle la maternidad, la manera en la que miente diciendo que amantar es lo mejor del mundo y que nuestra hija es la bebé más linda que haya visto.
Sé que miente.
Pero eso me enamoró de ella.
La mentira tatuada en esos ojos color arena de Dalia Beckham, mi esposa.
Y hoy cumplimos dos años de casados.
Al principio fue distinto a todas las esclavas. Ella nunca lo fue para mí, ella era mi aliada, mi mente criminal, mi pantalla, mi encubridora.
¿Qué mejor que el ruido y el silencio se unan para cubrirse uno del otro?
Ella se ocupó de distraer a Isabella, de hacer que bajara sus defensas, de enfocarla en otras cosas.
Yo actúe en silencio por mientras.
Fue inevitable enamorarnos.
Porque la amo.
Es primera vez que amo a alguien.
Ese instinto de no querer hacerle daño y de protegerla hicieron que me diera cuenta de lo que sentía.
Ella siente lo mismo.
Nos casamos un año después de escapar a Alemania.
No pensé que una persona como yo sería capaz de amar a alguien o de permitir ser amado.
Esto pasa cuando los villanos se enamoran, cuando uno sabe destruir y el otro sabe sanar, cuando uno existe en silencio y el otro solo sabe hacer ruido.
