"𝑨𝒓𝒅𝒆𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒆𝒏 𝒄𝒆𝒏𝒊𝒛𝒂𝒔"
Tres años han pasado para Marco e Isabella.
Un futuro feliz les espera.
Pero cuentas pendientes del pasado vuelven de la misma tierra para atormentarlos.
Tras unas cuanta...
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"Ambas versiones de la historia"
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19 de octubre 2025
Isabella
Aquí hace un frío de mierda, ya está por nevar. Estamos en el sótano de la mansión, aquí están todas las armas que guarda la familia, es un salón gigante que da al patio privado.
Romina abraza a Adam a lo lejos, Marco está sentado en una silla mirando a la nada, Alisa se desmayó en los brazos de Matthias luego de que Min cayera al suelo, este último está atado a una silla en medio del salón sin mover un solo musculo, pues el sedante aún no lo despierta.
Steve acaba de llegar, él no tardará nada en despertar ya que la forma de dormirlo tuvo que ser un golpe en la cabeza, se resistió mucho y le tuvieron que golpear con una pistola.
Hace unos 20 minutos trajeron a Julia.
Luego de que Min cayó al suelo, nos ordenaron a todos bajar aquí, somos vigilados por guardias y aún no logro hablar con nadie de la familia.
Me estoy empezando a frustrar, llevamos aquí mucho tiempo, lo que me dio la oportunidad de hablar con los que están conscientes y explicarles lo que pasó.
Marco no me ha hablado desde que Min se desmayó.
Bufo molesta.
Pero mi ruido es interrumpido por la puerta del salón que se abre de golpe cuando toda la familia entra.
Ítalo a la cabeza, seguido por Matthias, Aurora, Franco y Kathia.
Marco se pone de pie y nos acercamos a ellos para recibir información.
— Evan despertó hace poco... — me avisa Kathia— Están por traerlo.
Ítalo tose falsamente antes de comenzar a hablar.
— Para empezar... ¿Quién es Isabella Magallanes? — nos pregunta con su gruesa voz.
Ruedo los ojos.
— ¿Cómo qué quién es? — espeto molesta— Estoy frente a ti...
Me queda mirando fijamente con su rostro impenetrable, de pronto suaviza la expresión y me sonríe abriendo los brazos para que vaya a abrazarlo.
Me voy hacia él y dejo que me envuelva con su cuerpo sintiéndome segura por primera vez en semanas.
— Niña... Casi te matan...— me suelta para tomarme le rostro con las manos— No vuelvas a enamorarte nunca más... ¿Oíste?
Me río tratando de contener las lágrimas.
Me he enamorado dos veces y de ambas, ha tenido que venir a salvarme.
