El joven duque se encontraba congelado ante lo que estaba presenciando en ese momento, aquel enorme Monstruo globo que fue sacado por una de las mujeres de otro país en medio del banquete se encontraba frente a Penelope, él estaba lejos de ella.
El...
El gritó de Reynold a Penelope hizo que me percatara de lo que estaba a punto de pasar.
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La sangre se me heló cuando volvi mi mirada hacia ella aquel enorme Monstruo globo que fue sacado por una de las mujeres de otro país se encontraba frente a Penelope estaba lejos de ella y antes de que pudiera apresurarme en ir en su dirección un agudo y fuerte dolor de cabeza se presento.
A mí memoría venían todos los sucesos pasados y futuros, los escenarios de lo que debió haber pasado si Penelope no hubiese decidido cambiar y el final que le esperaba, así como también el regreso de Yvonne.
Todo aquello inundo mi memoria me era difícil comprender y aceptar lo que estaba pasando.
Regresión.
Había regresado en el tiempo justo después de morir por Leila, pero ¿Cómo?
Un estruendoso aplauso de parte de todos los nobles que agradecían y alababan a Penelope me hizo volver a la realidad provocando que centrada mi mirada en ella sin comprender lo que acababa de pasar.
Ella había derrotado a todos los monstruos por sí misma con su ballesta.
—Eso... no es lo que debió ocurrir... —Murmuré.
Las tropas de apoyo se desplegaron solo después de que todo terminó.
Observé tranquilamente a los guardias reales y todo lo que conocía paso como tenía que pasar llevandose a la anciana y sus cómplices siendo arrastradas por los caballos.
Los niños que habían sidos utilizados para manipular a los monstruos estaban siendo arrastrados por los caballeros como ordenó el príncipe heredero después de rechazar la sugerencia del Marques Benderdi.
El Marques observaba en silencio con ojos devastados como se llevaban a los niños.
Estaba a punto de dar un paso enfrente y hablar cuando...
—Estoy de acuerdo con las palabras del Marques Vendardi. —Dijo Penelope en voz baja ganándose la atención de todos los presentes.
