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— ¿Dónde estuviste? —

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— ¿Dónde estuviste? —

Mi presidente había sido muy firme conforme mis acciones, ni siquiera me había quitado aún las esposas y ya había pasado una hora mientras esperaba a ser interrogado.

— En mi casa —

¿Qué otra cosa podía decir?

— Tu casa estaba vacía, no había rastros de ti con Austria ni con Rusia pero curiosamente saliste del Hotel ¿Dónde estabas? O mejor dicho ¿con quién estabas?  — Explicó a detalle enfatizando su pregunta.

— En mi casa — Repetí sin ánimos. Un policía se acercó tirando de mi cabello para estrellarme contra la mesa.

— No seas rudo — Supuse que había regañado a mi agresor, pero no, se refería a mí, esperaba que dijera la verdad y dejara de desafiarlo.

El policía levantó mi rostro, sentí un ardor en mi labio y sangre brotar de este.

— No podemos poner en riesgo a nuestros invitados, lo sabes perfectamente — Entrelazó sus dedos sentándose recto. — El día de mañana no podrás salir de tu casa, esto para evitar cualquier problema.

No, mañana era un día importante, no podía faltar, no podía fallarles... Tampoco podía negarme ante mi presidente, al final de cuentas él era el que tenía poder sobre mí y nada de lo que dijera lo haría cambiar de opinión.

— Señor presidente, el representante de Rusia desea hablar con usted — Informó el policía con su radio en la mano. — Está justo abajo esperándolo — Se levantó tan rápido acomodando su corbata y sacudiendo su traje.

— No dejen que se vaya — Ordenó azotando la puerta.

Quise limpiar la sangre que escurría por el labio, se había manchado la camisa, sin duda sería un reto hacerla quedar reluciente. Suspiré agobiado por todo esto, no tenía idea a lo que Rusia había venido, pero si llegaba a mencionar que mi trato a él ha sido de la mierda estaré en graves problemas, y lo peor de todo es que no lo puedo culpar, me he comportado como un completo idiota con él, no lo he visitado de la manera correcta y no ha salido de esa habitación desde que llegó, si estuviera en su lugar yo mismo me odiaría.

Mi presidente entró con una expresión desagradable. Tal vez Rusia si me había delatado después de todo.

— Mañana tendrás visita, nuestros invitados irán a visitarte, pero, no tendrás permitido salir — Explicó con enfado

—¿Qué? — Sin duda no tenía absolutamente idea de lo que estaba hablando. Rusia no había revelado la verdad y eso me tranquilizó un poco.

TEQUILA [RUSMEX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora