-Entonces fue eso.- A Cassie se le llenaron los ojos de lágrimas.- Ni el diario, ni la hoja ni nada, fue la consigna y lo que escribieron, fueron ustedes.- Sonrió emocionada.- Caminaron hacia atrás en el tiempo para buscarse en donde se perdieron.
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Louis lo estaba esperando a la salida de su clase cuando el día finalizó. Harry le sonrió y sostuvo su rostro con cuidado para dejar un beso suave en sus labios, sintiéndose en paz al sentir cómo le sonrió en respuesta, aún pegado a su boca.
-Apenas es el segundo día que vuelvo a estar junto a ti.- Murmuró Louis deslizando un brazo a su alrededor.- Pero lo siento como si nunca te hubiese dejado ir.
-Nunca lo hiciste.- Señaló, mirando el cielo en sus ojos. Precioso.- La distancia son solo kilómetros al fin y al cabo, nunca me dejaste atrás.
-No es justo que siempre tengas razón.- Se quejó como tonto, pero sonrió con maldad.- Y son millas, cariño, no sé qué son los kilómetros.
-Oh, por favor.- Rodó los ojos, soltándolo.- No hay nada peor que un inglés americanizado.
-Eso es muy descortés de tu parte, señor amabilidad.- Ironizó, caminando a su lado y entrelazando sus dedos.
-A la primera que quieras cocinar manteca frita me divorcio.- Avisó muy en serio.
-¿Por qué los odias tanto?- Rio asombrado.
-Tengo una lista muy larga.- Masculló subiéndose luego de que Louis le abra la puerta.- Gracias, bebé.
-¿De nada?- Le contestó luego de trotar a su puerta, soltando una risita.
-Me di cuenta en clase que nunca te agradezco que abras la puerta para mí.- Se encogió de hombros, entrelazando sus dedos cuando los buscó después de darle vida al motor.- ¿Al hospital?
-Creo que puedo hacerlo solo.- Dijo con confianza, llevando la mano de Harry a sus labios para darle un beso.- ¿Te llevo a tu casa?
-¿Puedes dejarme en el trabajo de mamá?- Arrugó la nariz.- Tengo que aclarar algunas cosas con ella.
-Oi.- Alzó las cejas sin dejar de ver el camino.- Eso suena a batalla campal.
-Te avisaré si necesito ayuda con las valijas.- Bufó, medio en broma medio en serio.- Esta mañana dijo cosas que no me gustaron.
-¿Sobre...?- Indagó, y su silencio le contestó.- Oh.
-Sí, "oh".- Repitió frunciendo el ceño.- Gemma y yo nos distanciamos mucho de mamá con los años, irreversiblemente luego de que regresaste a Boston.
-¿Por qué?
-Porque dijo cosas que no me gustaron, otra vez.- Respondió sencillo.- Nunca superó realmente mi sexualidad.
