Nada es como lo pintan

Capitulo 19

Después de estar almorzando, nos fuimos para Ecomoda, ya que no queríamos más problemas con Doña Marcela.

Realmente no me pude consentrar, estar pensando en Daniel Valencia, en el caoz qué se armaría si la familia se entera que él me busco, qué se intereso en salir conmigo. Jamás en la vida me había sentido tan alagada.

En mi mente no paraban de sonar las palabras de Bertha, casarse con un pobre; es el peor error para los Mendoza y para los Valencia, justo estaba por entrar a la oficina de presidencia y por error topo con Doña Marcela.

M: Fíjese niña, ¿que no ve que voy pasando justo enfrente de usted?.

B: Perdón doña Marcela, es que vengo tan consentrada en lo que tengo que hacer, así que ni me fije por donde caminaba.

M: Usted siempre estorbando en esta empresa.

B: De verdad discúlpeme, no era mi intención.

M: ¡Mire, qué casualidad!. Usted siempre tan perfecta, nada hace con mala intención.

Betty: Pues es la verdad, ¿yo no se que le molesta de mi? Realmente yo no le hago nada malo.

Marce: ¿Nada malo Beatriz? Prácticamente usted le resuelve las citas a Armando, le cubre sus infidelidades.

Betty: Pero doña Marcela, mi trabajo es resolver las citas de don Armando, si yo fuese su secretaria, se lo juro que yo haría lo mismo por usted.

Marce: ¡Tal vez si!, pero con la única diferencia es que conmigo no tendría que fingir, porque realmente yo se como es usted, ¡es una mosca muerta!.

En eso llega don Armando de su almuerzo.

Armando: ¿Que pasa acá? ¿Todo bien?.

Marce: ¡Por su puesto que si! Yo solo estaba platicando con tu bella asistente. ~Dice en tono de burla~.

Armando: ¡Ay Marcela! Como si no te conociera. Betty ¿alguna llamada?. Marcela, por favor déjanos solos, hablamos luego en tu apartamento.

Betty: No doctor, ninguna llamada, disculpe doctor. Yo creo que no debería dejar que doña Marcela se vaya enojada, ella cree que yo le escondo todas sus llamadas con las modelos.

Armando: No se preocupe Betty, ella siempre a creído lo peor de mi y de todas mis secretarias, así que no tenga cuidado, que eso yo lo arreglo con ella.

Don Armando y don Mario siempre han tenido sus andanzas, pero pues el doctor Mendoza siempre se las arregla para que doña Marcela no lo descubra o lo perdone.