Emperador Kim | Taekook |

40

Capítulo 40

Tal vez podría llorar.

Corrección, iba a llorar.

Y de verdad que estaba agradecido porque no pasaron más de dos días cuando lo sintió de nuevo.

Como si haberlo deseado tantísimo, tal vez hubiera hecho que regresase tan pronto, porque justo antes de entrar a su habitación nuevamente, sintió un escalofrío en su espalda que lo hizo voltear a ver, y la vió.

La jodida luz que parecía perseguirlo.

Fue inmediata la manera en la que prácticamente corrió y saltó hacia ella y a lo mejor, durante unos cuantos segundos solo pudo ver blanco, a la vez que su cabeza comenzaba a dar vueltas y probablemente iba a vomitar.

Todo paró, quedando en medio de la nada y tardó bastante en ubicarse dónde estaba porque, a pesar de tener algunos meses viviendo en ese lugar, no conocía del todo. Aun así, logró hacerlo, caminando y caminando hasta lograr reconocer algún edificio que Jungkook le había mostrado en un momento cuando los dos salían, y gracias a eso, pudo encaminarse paso a paso a la casa.

Si no estaba mal, ese día era viernes, y parecía casi medio día porque el sol estaba comenzando a lastimarle y casi estaba en el centro del cielo. Se sentía un poco extraño porque debía estar en la universidad dando clase y no sabía qué le diría al director para justificar sus faltas sin parecer alguien extraño.

Por otro lado, su omega debía haberse ido hacía unas horas a clase, y eso le ponía nervioso.

¿Cómo reaccionaría Jungkook?

¿Le gritaría? ¿le golpearía?

No le importaba que le hiciera eso, solo quería explicarle nuevamente que él no lo hacía a propósito y todavía no sabía qué jodidos era la luz que le perseguía.

Su mente voló de nuevo, pegando su espalda a la puerta de la entrada principal de la bonita casa.

¿Cómo iba a empezar?

Quería ser completamente honesto con el menor. Tal vez confesarle que ya estaba enamorado de él y nunca se iría estando consciente porque vamos, era muy feliz a su lado y si fuera por él, pensando en el presente donde ambos estaban más que bien —antes de que se fuera, claro— se quedaría los días que fueran con tal de estar con él.

Jeon llegaría alrededor de unas tres horas con su nuevo horario, ahora ya que no trabajaba en la tienda de conveniencia, podía llegar a casa apenas salía de la escuela contando el tiempo que se hacía de trayecto.

Y como bien dijo, después de estar sentado muchísimo tiempo y con el cuerpo doliéndole, su boca se secó cuando vio al más pequeño caminando entre las calles. El omega aún no le había visto porque estaba demasiado concentrado en su camino.

Se veía tan bonito.

Sentía como si hacía años no le veía a pesar de solo haber sido un par de días, su cabello cayéndole en su rostro y su cara sin alguna expresión, y justo cuando quiso ver sus ojos, ambas miradas chocaron.

Y Jeon paró su caminar, a tan solo unos metros de Taehyung que se puso de pie de inmediato apenas el otro se dio cuenta de su presencia.

Y de verdad que el alfa esperó cualquier cosa, alguna mirada de mala manera, un grito o una pedida de explicación, mas el omega pasó de lado solo soltando un pequeño suspiro y sacando las llaves de su mochila.

Kim bajó su cabeza como si le hubieran regañado.

"Jungkook" susurró tomándole del brazo.

"No me hables, no me toques" dijo, impresionantemente de manera relajada, pero con advertencia en su voz.

"Mi amor..." volvió a decir por lo bajo.

El menor le miró con el entrecejo arrugado, sus ojos se pusieron un tanto acuoso, sin embargo, se obligó a no llorar.

"No me digas así"

Taehyung también sintió sus ojos picar por querer soltar algunas lágrimas, mas él no se privó de soltar lo herido que se sentía acercándose a Jungkook a pesar de que se veía tenso.

"No me fui por que quise" dijo apresurado con tal de que Jeon no le alejase, y a pesar de que el más pequeño sentía su corazón doler y su orgullo le decía que se diera la vuelta, se aferró al más grande necesitando un abrazo.

Fue por un segundo que todo el dolor terminó, porque estar junto a Taehyung le aliviaba.

"No estabas cuando desperté" Kim cerró sus ojos fuertemente y asintió. Ya sabía, sabía y no podía imaginar lo que había sentido el otro al no verlo por la mañana.

"No quise irme" volvió a decir "Déjame decirte todo por favor"

Y Jeon asintió.

"Está bien"

Mejilim.