Simple soledad

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Solo eso era todo, ese sentimiento persistía en lo más profundo de su ser recordando el fracaso cada vez que cerraba los ojos, esa cara inexpresiva lo recibía una vez más.
Tal vez solo tal vez alguien más en algún lugar del mundo era el único en comprender su sentir y él nunca estuvo solo, su Diosa siempre estuvo aquí por unos minutos u horas pero ella no lo comprendería por más que intente.

Me preguto si Aiz pensara que era un inútil... tal vez o aún peor.

Le fallaste.. espera tal vez ni siquiera espareba nada de él, sí, debe ser eso, Airmid siempre pasaba saludaba con un asentimiento y se retiraba suponía que almenos que sea necesario lo revisaría.

Mis horarios y rutinas nuevas fueron como una semana de manicomio.

Bien 10:00 Am: mirar mi sopa de pollo con melancolía.
12:30 Pm: contemplar mi miseria y luchar por no botar mi comida fría.
1:00 Pm: llorar solo mientras recuerdo su rostro.
2:00 Pm: mirar el techo mientras reflexiono como suicidarme..
4:00 Pm: mirar la ciudad mientras intento no llorar.
6:30 Pm: ver el atardecer y buscar inútilmente la silueta de Aiz en las murallas.
8:15 Pm: intentar dormir mientras lloro bajo las sábanas y una almohada en mi boca para no molestar a Airmid y que me escuche.


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En el paso de los días mi rutina se mantuvo con leves varíasiones, mi Diosa lo notó, supongo que mis ojeras y falta de expresión lo decían todo Airmid me reviso el último día más tranquila por ver el progreso en las heridas y recuperación de mi muñeca que seguía mal, tal vez no sea del todo la misma, ahora con leves cicatrices en mi cuerpo como recordatorio de lo que perdí ese día, tal vez para siempre.

Cuando salí y sentí el sol una vez más sin importar nada ni siquiera mi Diosa, corri solo corri y nunca deje de correr ni por los llamados de ella o para tomar aire y cuando llegue al único lugar que tal vez tenia mi solución.. yo solo no vi nada y aquí estaba en las murallas esperando ver lo único que en verdad me dolía y eso era mi meta perdida pero yo nunca la encontré en ese lugar y mis piernas se desplomaron en el suelo, mis manos temblaron antes de caer en razón y empesar a llorar, tal vez por la impotencia o era la desesperación pero muy en el fondo sabía que era por qué por fin comprendí que hace mucho tiempo mi barco sarpo para nunca regresar....

Cuando me digne a pararme mire una vez más ambos lados antes de mirar el atardecer y esta vez sería la última vez o solo en estar en este lugar.

Camine lentamente después de horas de estar revolcándome en mis lágrimas antes de suspirar pesadamente para ingresar a casa, cuando ingrese fui recibido por mi Diosa que me dio una cachetada totalmente merecida antes de abrazarme y llorar en mi pecho.

No pude hablar y solo mi voz quebrada en un quejido salió de mis labios y bajar la mirada oscurecida por mi cabello y las marcas en mis mejillas por las horas de llanto que compartía con mis ojeras grandes y pronunciadas que demostraba la falta de horas de sueño por seguir en la mirada de Aiz cada vez al cerrar los ojos y mis ojos rojos e irritados demostraron que llegue hasta el punto de ni siquiera tener una gota más de lágrimas de tanto hacerlo durante 5 días consecutivos.

Mi Diosa solo me miró y me abrazo más fuerte, encerio lo agradezco con todo mi ser, tal vez solo por ella no me lanzaba a mi final.

Al día siguiente desperté temprano me cambie de ropa por una nueva, no sin antes ir por una ducha fría para despejar todo y luego de eso cepillar mis dientes y mirarme en el espejo como el caparazón de lo que era antes.

SIEMPRE BAJO TU SOMBRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora