Capítulo 9.

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Harry se quedó escuchando el celular timbrar hasta que luego de dos llamadas perdidas decidió contestar.

Llamada telefónica.

—¿Hola? —el mayor fue el primero en romper el silencio.

—Harry, soy Louis. —la voz chillona se hizo sonar.

—¿Estás fracasando en eso del coqueteo? —cuestionó el rizado mientras dejaba su celular reposar entre su oreja y su hombro.

—Soy un idiota, no entiendo.

—Dijiste que me llamarías cuando fracasaras al coquetear, recuérdalo. —rió un poco antes de prestar atención a su pequeño felino.

—Oh, sí, en realidad, espero no tener que volver a llamar, porque eso significaría que no lo estoy haciendo bien. —se escuchó la voz ligeramente temblorosa.

—Ahora soy yo quien no comprende, ¿ha pasado algo más? —preguntó en un tono suave.

—Mhm, sí.

—Sería bueno que me lo dijeras. —dijo soltando un suspiro, no le gustaba darle tantas vueltas a las cosas.

—Harry, me gustaría invitarte a salir.

La llamada terminó tan pronto como Styles escuchó al contrario, tenía que estar completamente loco para siquiera pensarlo.

Pasó una hora desde la llamada y las palabras de Louis resonaban una y otra vez en su cabeza, le era muy difícil concentrarse en la pintura que hacía porque ya estaba pensando en las mejillas sonrojadas de Louis y en el azul intenso de sus ojos, también en sus labios color carmesí, tan finos.

Sacudió su cabeza prestando atención al pincel que descansaba entre sus dedos, no podía estar pensando locuras, ni siquiera podía memorizar bien su nombre, era una completa estúpidez, pronto pensó en lo amable que había sido con Louis, porque Harry jamás metería las manos al fuego por una persona que no conoce, lo defendió, permitió que durmiera en su casa aún cuando no tenía idea de sus intenciones, le invitó unos tragos, le habló a su mejor amiga de él, sin mencionar que, llamó a su gato con el diminutivo de su nombre.

Pasó el día torturándose, se sentía frustrado de pensar tanto y tanto en lo mismo, dentro de su cabeza no había posibilidad alguna, se sentía tan extraño. No podía continuar así o colapsaría en cualquier momento si seguía pensando en él.

«Louis, me siento enfermo, ven a mi casa.»

Luego de pensarlo algunos minutos, finalmente envió aquel mensaje al número del chico, realmente quería entender qué era aquello que Louis desbloqueó dentro de él con aquellas simples palabras.

Ansioso esperó por una respuesta que nunca llegó, quizá Louis se había arrepentido de lo que dijo, sin darle más vueltas, terminó recostándose en su cama para intentar dormir, con su gato haciéndole compañía.

La mañana siguiente llegó y Harry no dudó revisar su celular, no había ningún mensaje nuevo, lo tomaría como una señal, no podía esperar absolutamente nada de Louis porque no lo conocía, ni siquiera llamaba su atención, estaba completamente seguro que todos los pensamientos del día anterior no fueron más que un desliz.

...

Una semana pasó desde la llamada por parte de Louis y desde aquel primer y último mensaje que Harry le escribió.

Styles había continuado con su rutina que se basaba en salir a comprar más alcohol y encerrarse en su habitación sin intenciones de convivir con nadie, la mayoría de veces estaba conforme con su soledad, aunque ahora no se encontraba completamente solo pues tenía a su pequeño felino ronroneando por su habitación.

Escenas borrosas. (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora