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Cuando diciembre llegó, la nieve empezó a cubrir las calles de su blancura, los árboles habían perdido sus hojas de colores rojizos que tanto me recordaban a su cabello, noviembre se había terminado tan rápido que ni siquiera pude encontrar las palabras correctas para describir las cosas que sentía en ese momento, estaba completamente confundida aunque mi mente no parecía tener dudas, una parte de mi me pedía detenerme, pero no podía, no quería quedarme atrapada en el tiempo viendo como la vida pasaba frente a mis ojos mientras esperaba por algo que tal vez jamás sucedería.
BAM!, una bola de nieve se estrelló contra mi ventana, me levanté rápidamente de la cama y me acerqué para ver a la única persona que parecía ser dueño de mis pensamientos, Fred Weasley. Usaba un Jersey Weasley de color verde con una F dorada, me miraba con una sonrisa que estaba destinada sólo para mí, porque la idea de que le sonreirá a alguien más de esa forma me partía el corazón.
Negué con la cabeza antes de alejarme y salir de la habitación no sin antes tomar una de mis chamarras del perchero bajando las escaleras lo más rápido posible, mi coordinación no me traicionó esta vez y eso era que incluso podía sorprender a Charlie. Al abrir la puerta lo vi recargado en el marco de esta, su ropa aún tenía algunos copos de nieve y su sonrisa, su sonrisa como siempre tan cálida para mí. Me hice a un lado dejándolo pasar y cerré la puerta detrás de él.
—¿Ese es mi Jersey? —preguntó él arqueando una ceja con diversión. Había olvidado por completo que lo usaba y mis mejillas se tornaron de un color carmesí que lo hizo reír por lo bajo
—¿Lo quieres de regreso? —pregunté con una ceja arqueada, él realmente no se veía molesto de que lo usara.
—No, consérvalo. Te queda mejor a ti—respondió él sacando sus manos de sus bolsillos. -Bueno, mamá nos quiere a todos en casa para navidad. Pero volveré después de año nuevo.
Asentí con la cabeza, al menos sabía que volvería y eso era suficiente para mí, saber que volvería a verlo era suficiente.
—¿Si te doy tu regalo ahora prometes abrirlo hasta la mañana de navidad? — pregunté y él me miró negando con la cabeza.
—¿10 días con la angustia de saber? No lo creo...—murmuró él acercándose a mí al dar un par de pasos, sacó un paquete con la forma de un libro de su gabardina y me lo tendió. —Realmente no se si fue una buena elección, la novia de Ronnie me ayudó un poco...
Tomé el libro viendo su intento por envolverlo, podía imaginármelo sentado intentando envolver el libro y frustrándose en ello al ver que no cedía, pero era un lindo gesto y mi corazón parecía agradecerlo.
— Tu regalo esta arriba. Iré por él — Murmuré por lo bajo y pasé a su lado para subir las escaleras. Podía sentir su mirada en mi espalda y me quiso hacer tropezar el hecho de saber que me miraba, no podía evitar sentirme la más torpe a su lado, pero a él le parecía adorable, aunque realmente pienso que era excusa para poder tenerme cerca, en sus palabras era para ayudarme a no caer, en las mías sólo fingía.
