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Siempre creí que Edward y yo estábamos destinado a estar juntos, desde el momento en el que me salvó de ser aplastada por esa van ese día en el estacionamiento, una parte de mi supo que tarde o temprano le terminaría salvando la vida del mismo modo. Cuando Alice dijo que estaba en problemas al igual que Jasper no dude en ir tras él sin pensar en nada más que no fuera evitar que cometiera un grave error. Era asombroso como a pesar de todo lo que alguna vez pude sentir en el pasado se mantuvo ahí para salir este día y alentarme a correr por las calles abarrotadas de Volterra como si mi vida dependiera de ello.
—¿Hayley — llame a la ojiverde la cual pareció haber salido de la nada.
— No llegarás a tiempo...— murmuró ella al ver como Edward y Jasper comenzaban a salir, el instinto se volver a correr hacia ellos era grande, pero ella sacó su varita apuntando a ambos vampiros. Solo pude ver como ambos eran empujados por una fuerza invisible al interior del castillo.
En cuanto ambas llegamos, el par se puso de pie, y por primera vez en meses aquellos ojos dorados que sólo me veían en sueños de fijaron en los míos, se acercó como si no creyera que fuera real y creyera que se tratara de un sueño o tal vez el mayor de sus anhelos. Y en el momento en el que ambos vampiros percibieron que otros más se acercaban, nos pusieron a Hayley y a mi detrás suyo para protegernos cuando Alice interrumpió.
— Vamos chicos, es un festival, no quieren hacer una escena. — les dice Alice quitándose la mascada que cubría su cabeza y los lentes de sol.
— No lo haríamos. — dijo el más grande de ellos, Hayley se intimido un poco, era similar a Emmett si comparaba, tal vez un poco más alto que él, pero este vampiro no tenía la sonrisa juguetona de Emmett.
— Suficiente. — habló una chica de cabello rubio y mirada fría, Edward, Jasper y Alice se mostraron tensos con su aparición. — Aro me envió a ver porque tardaban tanto.
Edward me sostenía con fuerza como si creyera que estaba por desmayarme pero el terror en sus ojos me hacía creer que era él el que se desmayaría, podía estar impresionada por los pasillos del lugar, realmente impresionantes y el arte era algo de lo que se podía halagar en cuento a la decoración del lugar, los miles de retratos y esculturas me hizo olvidar por completo el camino aunque estaba segura de que si intentaba salir corriendo uno de los guardias me detendría antes de siquiera volver al camino principal.
DIN, la puerta del elevador se abrió, los dos primeros vampiros de ojos rojos entraron primero, Alice y Hayley entraron después junto con Jasper, después Edward y yo y al final, Jane. Fueron los segundos más incómodos de mi vida, aunque podría reírme de las expresiones y miradas vacías de los vampiros en el lugar, sabía que a Fred le gustaría burlarse de ellos y hacer malos chistes sobre sus posturas tan rectas, pieles pálidas y ojos rojos, la música del elevador sin duda lo haría pensar en miles de formas para hacerme reír, pero Fred no estaba aquí así que mi tiempo y mi espacio pertenecía a los vampiros del ascensor.
