Disculparse

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Grecia

Una explosión...

De colores.

De sabores.

De.... Sensaciones.

Y principalmente, de emociones que hace mucho tiempo no sentía y que estaba emocionada por explorar más.

Eso fue lo que sentí en el momento en que las manos de Alessandra se pusieron en mis mejillas sin previo aviso y sus labios se estamparon con los míos que inclusive siento que se me había bajado lo ebria que estaba para poder disfrutar el beso como se debía y terminar besándola de la manera en la que lo había soñado por semanas hacerlo. Hasta que fue demasiado tarde y cuando abrí los ojos, ella estaba huyendo de mí dejándome con la sensación aún de sus labios sobre los míos. Lo que después de esa explosión, lo único que me trajo fue silencio.

Un enorme y molesto silencio el cual pensé que me gustaba desde que era pequeña, pero solo bastó que una chica pelinegra lo hiciera insufrible, que necesitaba tenerla a ella, necesitaba estar con ella.

No sé dónde vive Alessandra como para ir detrás de ella y que sepa que lo que había hecho no había sido una locura o estaba mal como quizá lo pensó, así que solo me quedó mandarle miles de mensajes esperando a que me respondiera, cosa que nunca hizo y eso hizo que el miedo creciera en mí por la reacción que pudo haber tenido o quizá pensó que la rechacé o algo parecido.

Quizá beso mal.

Ni siquiera parecía como entregado el mensaje y el temor de que me hubiera bloqueado creció demasiado en mí, aunque me calmé poco después cuando vi que su foto de perfil seguía ahí, una foto de ella donde aparecía doblando la nariz mientras que sus ojos claros estaban brillando y sostenía unos pinceles. En todo ese tiempo que no solté el celular con la esperanza de que me mandara un mensaje nunca apareció en línea, en ningún momento que me sofoqué mientras estaba en el club con mi familia por un evento de caridad en el que me habían arrastrado. La llamé miles de veces, hice todo lo posible para que me hiciera caso o que me diera una señal de vida, sin lograr nada más que mi ansiedad creciera y mis ganas de buscar la manera de saber dónde demonios vive o cómo está crecieron al punto de que tomé muchas veces mis llaves queriendo salir de ese lugar lleno de personas faltas, pero me detuve de todas formas en algún momento para reaccionar de que era una locura y terminaba regresando a la mesa en silencio.

Al final había obtenido lo que quería, de cierta forma había querido llamar la atención de Alessandra, pero esta forma, la forma en la que lo conseguí no me gustó para nada y ahora le creía a Tamara cuando me decía que tenía que decir bien las cosas antes de manifestar porque según ella "el universo escucha" y justamente lo había demostrado ahora dándome lo que quería de la peor manera. Esto no había pasado justo como quería, no como lo esperaba para ser sincera y estaba a la mitad de que me había gustado y no. Si quería saber si Alessandra estaba interesada en mujeres o al menos en mí, lo había conseguido y esa parte era la única que me alegraba de toda la situación. Me había alegrado hasta ver su mirada de arrepentimiento cuando me besó e hizo que miles de mariposas crecieran dentro de mi estómago y al mismo tiempo se me cerrara la garganta al creer que hice algo mal, aunque yo no había dado el primer paso, pude haberlo evitado.

Ahora paseaba por la escuela rogando encontrármela para hablar con ella después de rogarle a mi manager que moviera a la madrugada la sesión de fotos, traía dos horas de sueño encima. Inclusive pude no venir a la escuela, pero necesitaba esto, necesitaba verla, aunque sea dos minutos, cueste lo que cueste y si tener que insistir hasta tener una orden de arresto, lo haría solo para verla y asegurarme que no haya mal entendidos o que esté bien, inclusive Santiago había notado lo ansiosa que me había puesto y eso que solo tuve una llamada con él.

Primeras veces #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora