Una vez en el auto nos quedamos con las manos entrelazadas, mirando por la ventana. En los alrededores hay castillos de Disney, las clásicas palmeras, carteles gigantes que anuncian películas que quiero ver, y mucho más. Me siento con dentro de una película clásica de Hollywood, como la chica inocente que descubre un mundo de maravillas en su nueva ciudad. Pero no soy esa chica, porque los dos estamos aquí encerrados. Es probable que el tránsito no avance en largo rato, pero no por eso podemos abandonar el auto en medio de la carretera para ir por esos deliciosos chocolates, porque además de todo, desde aquí logro ver el Chocolate World haciéndome ojitos.
Vemos pasar a algunos reporteros. Este atasco kilométrico en la avenida principal debe ser la noticia más interesante que pueden rescatar hoy. Lamentándose por los niños que no abrirán regalos con su familia, o quizá ni siquiera les lleguen si es que fueron compras de último minuto. Quisiera ver que excusas se inventan para justificar el atraso de Santa.
Vemos pasar también a los tipos de la procesión, que al parecer terminarán su caminar en The park. Parece ser que no se trataba de un cierre de calles oficial debido a un desfile navideño o algo similar, más bien era una protesta, nadie sabía que esto iba a suceder. ¿A qué hora piensan liberar el paso? Ni idea.
Reviso los mensajes de Cherry. Me envía fotos de Bryce recibiendo sus sartenes, abrazando a su tía y de algunos de los niños de la familia, abriendo sus respectivos regalos. Al menos tiene piedad al abstenerse de mandarme fotos de la comida.
Se me ocurre pasar el rato mostrándole a Adam los videos que salen en mi Instagram, me sorprendo de que se ría de ellos. No se ríe forzado, ni una risa de «qué cosas tan raras ves», es de manera genuina. Luego está la otra categoría de videos: de parejas. Siempre hay bailes, o propuestas de matrimonio, o bromas entre novios, o ellos en una especie de blog. Son mi cosa favorita que ver en redes. Y para mi sorpresa, Adam a cada dos por tres dice:
—Ya vi ese, me encanta. Déjalo.
Adam usa Instagram solo para fotos, siete de cada diez de los post son de paisajes, dos de gatos, y uno de fotos de sus amigos. Él me muestra TikTok. Sus videos son cincuenta porciento gatos, veinte porciento parejitas y el restante de cosas de cámaras o relacionados con la fotografía.
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Hasta que Santa Claus devuelva al gato ✔️
Romance❝Intentan ocultarle a sus mejores amigos lo que surgió entre ellos la noche del baile de máscaras. Esa misión se complica cuando los cuatro deben viajar juntos para llevar a un gato con su dueña antes de Navidad.❞ Sinopsis completa en el interior. �...