Capítulo 1 : El último día normal

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Bendy se sintió incómodo. No sabía por qué. La vida había sido la misma. Bendy realmente no recordaba nada antes de él y su hermano. Siempre habían sido ellos dos. La vida en Sillyvision no siempre fue fácil, pero Bendy realmente no podía quejarse. Su hermano, Boris, hizo que los días difíciles valieran la pena y habían recorrido un largo camino. Los hermanos lo tenían bien como mecánicos en el taller de Pete. Las horas podían ser largas y Bendy sabía que Pete los estaba engañando con el pago, pero aún así, ya no vivían en las calles. Tenían comida en la mesa y un poco más para divertirse. Realmente, la vida era buena.

Bendy frunció el ceño en el espejo mientras se secaba la cara blanca con una toalla. Se cepilló la piel y el pelo. Se aseguró de que las dos puntas de su cabeza estuvieran limpias y rectas. Algunas personas tenían problemas con los cuernos, bueno, no los cuernos sino más bien lo que él era. Un demonio. Sus ojos claros escanearon a sí mismo para asegurarse de que estaba listo. Tenía los colmillos cepillados, el pelo arreglado, la cara lavada, guantes, camisa y pantalones, todo estaba allí. Agitó su cola puntiaguda. Todo estuvo bien. Entonces, ¿por qué sentía que debería haber más? ¿Por qué estaba tan insatisfecho? Con un resoplido, tiró la toalla en el estante y se dirigió a la pequeña sala de estar.

Boris estaba acostado boca abajo mirando a su ídolo en la televisión, Mickey Mouse. Bendy se rió entre dientes ante la mirada deslumbrada en los ojos de Boris. Sus orejas de lobo estaban erguidas y su cola peluda se movía. Parecía más un cachorrito emocionado que un lobo. Todavía era joven para ser un lobo. Con solo catorce años, todavía tenía enormes ojos oscuros, su pelaje negro estaba cepillado y su cara blanca también estaba limpia. Estaba completamente listo para partir. Tiró del pañuelo que siempre usaba alrededor de su cuello.

-Hola hermano- saludó Bendy.

-¡Shh!- Boris siseó con un dedo enguantado contra sus labios.

Bendy puso los ojos en blanco juguetonamente antes de dirigirse a la cocina. Agarró una manzana y la mordió con su sonrisa perezosa. 

-Ya sabes, vamos a llegar tarde al trabajo si no nos damos prisa-señaló entre bocado y bocado.

Boris hizo un puchero por encima del hombro. -Aw- se quejó -solo un poco más. Está casi terminando.- Usó sus ojos de cachorro y Bendy rápidamente desvió la mirada. Demasiado tarde.

-Está bien- suspiró, sabiendo que no podía ganar contra esa mirada.-Pero no te voy a cubrir cuando Pete te ataque. - Boris sonrió.

 -Solo te hace eso a ti- bromeó Boris.

Bendy resopló y le arrojó el corazón de manzana a su hermano pequeño.

-¡Oye! ¡Brusco!- Boris ladró cuando rebotó en su hocico.

Bendy se rió.

Los chicos llegaron cinco minutos tarde y Bendy no pudo evitar hacer una mueca cuando vio a Pete. Los estaba esperando casualmente, apoyado en la caja del reloj, contando una pila de dinero. Bendy estaba sorprendido de que la pared no se derrumbara bajo la circunferencia de su jefe. La barbilla de Pete seguía manchada de bigotes, su pelaje áspero y descuidado. Su mono de garaje tenía una mancha de mostaza. Bendy no estaba seguro de si Pete era un perro, un tejón o tal vez un gato. Nunca se molestó en preguntar, pero se compadecía de cualquier especie que tuviera que compartir el título con él. Boris le dio a Bendy una mirada nerviosa y tomó su tarjeta. En el momento en que registró, los ojos cerrados de Pete, se concentraron en ellos.

-¡Ay, muchachos! Entonces, habías planeado venir hoy.- Pete se burló de la "sorpresa".

Boris se encogió. -S-sí, señor. Lo siento, llegamos un poco tarde, yo...-

BABITIM 1 -En busqueda de una curaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora