Echo N -3 : Pinocho fue a pescar.

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- Tras aquel emotivo momento en el que madre e hijo disfrutaron tiempo de calidad entre si la vida de Whitley fue sin muchos más contratiempos, salvo el ocasional y molesto llamado del castroso de Jacques, a quién francamente el chico ya estaba pensando maneras para sacarlo de su vida, puesto que ganas no le faltaban para lanzarlo a Menagerie y que los Faunos de allí hicieran con él lo que quisieran.

Pero eso no es algo de lo que tengamos que preocuparnos, al menos por ahora. 

Whitley actualmente se encontraba en medio de la oficina de James Ironwood, con el susodicho Soldado del Invierno sentado frente a él en una pose que sugería incomodidad más que cualquier otra cosa. La sonrisa ladina en el rostro de Whitley no hacía nada para calmar los nervios del hombre, puesto que esta le hacía preguntarse seriamente que planeaba el joven.

James Ironwood era muchas cosas, un leal patriota, un soldado acérrimo, un guerrero capaz, un pésimo bebedor, un cabeza hueca en asuntos del corazón, amigo de un brujo inmortal con problemas maritales, alguien que temía a Glynda Goodwitch y un cazador consumado. Pero todas esas cosas no servían de nada frente al joven albino frente a él, que con su sola presencia le hacía dudar de sus años de preparación académica en el arte de leer a la gente, lo único que le impedía saltar en el acto y gritar a todo pulmón sobre quién demonios era el chico era su siempre útil y activa Semblanza, misma que le otorgaba un constante estado de seriedad, permitiendo que su cerebro funcionara como una máquina bien engrasada.

Por su parte Whitley no estaba mejor que el hombre, puesto que en su mente estaba tanto o incluso más nervioso que el mismo Ironwood, puesto que sabía que la decisión que había tomado precipitadamente era estúpida, en el mejor de los casos, suicida en el peor. Ya que bien podría haberse encontrado con su hermana Winter en servicio justo en el momento en que concertó una cita con el general Ironwood. Cosa que con su comportamiento reciente o  sus acciones en el mercado tecnológico podrían levantar algunas de las banderas rojas en la mente de la mujer que luego se convertiría en la "Doncella del Invierno".

Así que armándose de valor sin quitar su sonrisa de su rostro Whitley dijo lo primero que se le vino a la mente, siendo esta obviamente una estupidez. 

" Qué hay de nuevo viejo?  " - Preguntó el joven antes de que su sonrisa y todo su ser en general se congelara por semejante estupidez. 

El propio James no se lo esperaba, tanto así que por la sorpresa apagó su Semblanza, misma que aprovechó para pasarle factura por el uso excesivo dándole un fuerte dolor de cabeza igual a un latigazo, cosa que no le impidió sonreír ligeramente de la estupidez del joven ante él. A los ojos de Whitley a pesar de que bien pudo haber ofendido o alertado al hombre mayor sobre alguna anormalidad en su persona, era una apuesta arriesgada que necesitaba tomar para poder acercarse al Doctor Polendina y por ende al proyecto "P.E.N.N.Y", cosa que le ayudara en sus planes.

Unos minutos después el General Ironwood sirvió un poco de café Atlesiano a Whitley, mismo que tomó un largo sorbo del mismo disfrutando de su fuerte sabor al estar tan concentrado, cosa característica del café Atlesiano usado en el ejército, lo que le recordaba al café que tomaba cada que salía de casa en su mundo de origen.

" A qué debo su visita joven Whitley Schnee? " - Preguntó sin rodeos el hombre, viendo innecesario los formalismos una vez llegados a este punto. 

Doctor Freeze | RWBY |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora