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Para empezar, ya era viernes. El aniversario tan esperado por ambos. Hughie se levantó perezoso de la cama. Se habían acostado bastante tarde la noche anterior.

Cuando el castaño se levantó, buscando a su lado a Billy, no lo encontró. Se extrañó y decidió bajar a la cocina.

Efectivamente, William Butcher se encontraba en la cocina preparando el desayuno.

Hughie se le acercó por la espalda sigilosamente para asustarle. Justo cuando estaba apunto de apresar su cuerpo y brazos con los suyos, Billy le habló.

-Te he escuchado desde lejos, cariño. Buenos días.

Hughie se rio y lo abrazo por detrás igualmente, estampando su cara en la espalda del contrario. Luego levantó el rostro y se puso un poco de puntillas para darle un beso a su novio en la mejilla.

-Buenos días, amor.

William, todo sonriente, se giró hacia él y lo besó durante segundos, sujetando su cara con sus grandes manos. Poco le faltaba a Hughie para derretirse de amor.

-¿Qué preparas?

Preguntó cuando se separaron.

-Tortitas y café.

Respondió orgulloso de sí mismo. No es que William fuese un gran cocinero, ni siquiera bueno. De hecho, Hughie era quien dominaba más el tema de cocinar.

Se sentaron a desayunar y hablaron durante minutos. Luego se vistieron y y se montaron en el coche.

-¿Me llevas a la universidad, verdad?

William bufó.

-Eso ni lo preguntes, cariño.

-¿Qué vas a hacer hoy?

El mayor lo miró levantando las cejas. Hughie se sonrojó.

-Por la mañana digo.

-Ah, pensaba.

Hughie negó con la cabeza.

-Nada, ir a la empresa, arreglar unos cuantos tratos, rellenar informes... Lo típico.

Bueno, con la pequeña modificación de que Rebecca iba a ir a visitarlo esa mañana a la oficina.

Habían hablado dos días atrás y habían quedado en verse allí. Total, después de tantos años en los que Rebecca lo visitaba, no se sorprendería nadie mucho por verla por allí.

-¿Entonces te espero para comer?

-Por supuesto.

Añadió antes de aparcar frente al edificio de estudiantes.

No le había contado a Hughie lo de Becca. No era importante, se consolaba William.

-Perfecto. Entonces te veo luego, cielo.

-Te vendré a recoger, ¿vale?

-¿Sales pronto?

-Ni idea, pero sí.

Hughie se mordió la lengua suavemente mientras lo miraba negando y sonriendo. ¿Cómo la gente podía decir que su novio no lo quería y que no era buena persona? Estaban locos, sí.

-Nos vemos luego, mi amor.

-Adiós, bebé.

Despidió Billy desde la ventana.

Hughie levantó la mano y la movió energéticamente viendo como su novio marchaba a su trabajo.

En otro sitio se encontraba una joven rubia de prácticas con su jefe. Un hombre también rubio y con bastante mala leche.

Two BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora