Bienvenido a casa, Wanyin

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Jiang Fengmian no podía tolerar ver a su hijo, su único hijo, usando la cinta Lan, las túnicas Lan y aquellos brazaletes que eran más que un simple adorno. 

No podía permitir que su hijo se convirtiera en el amante del Señor del Inframundo porque su hijo aún era muy joven. En años humanos, Jiang Cheng era a penas considerado como un adulto pero para ellos, que eran casi inmortales, su hijo apenas era un bebé que estaba descubriendo el mundo que le rodeaba.

Sin dudarlo, Jiang Fengmian apareció en el lugar donde solía estar una de las puertas al Inframundo y comprobó las palabras de Jin Guangyao.

Las puertas al Inframundo estaban cerradas.

Jiang Fengmian no pretendía ir de puerta en puerta para ver si alguna estaba abierta, sino que se paró frente a la pared de piedra y se quedó ahí por un momento antes de hablar.

— Soy Jiang Fengmian, segundo hijo del Rey Demonio. Príncipe del Inframundo y del Reino Celestial, y ordeno que se abra la puerta ante mí.

Inmediatamente la piedra se empezó a quebrar y a tomar la forma de una puerta gigantesca. El proceso era lento pero este no se detuvo hasta que se mostró la entrada al Inframundo, las puertas se abrieron y se mostraron los guardias que custodiaban esa entrada. 

Había cosas que todo mundo parecía olvidar, y una de ellas era que Jiang Fengmian y sus hermanos habían crecido corriendo entre los palacios de sus padres cuando eran unos niños.

Otra de ellas, era que en sus venas corría la sangre del único hombre que logró dominar el Inframundo desde la creación del mundo.

Al cruzar la puerta, inmediatamente se le pusieron las protecciones en los brazos para que la energía del Inframundo no le afectara porque, a pesar del legado que podían presumir, la protección de la sangre terminó cuando Wen Rouhan tomó el trono para seguir el legado de su padre.

Jiang Fengmian exigió ser llevado ante Lan Xichen pero en vez de eso, Lan Xichen apareció frente a él tan rápido, que Jiang Fengmian tuvo la impresión de que el hombre no pretendía dejarlo pasar más allá de esa puerta.

Lan Xichen tenía su expresión tranquila de siempre, sin su túnica exterior y sin la cinta blanca en su frente. Era obvio en quien estaban esas prendas y aquello solo enfureció al líder Jiang.

— No pensé que vendría a visitarme tan pronto. — Comentó Lan Xichen de manera amable pero con una mirada que no le gustó a Jiang Fengmian.

La cinta blanca que los Lan usaban en la cabeza originalmente significaba "autorregulación", pero cuando ellos bajaron al Inframundo empezaron a usarla por otro motivo más profundo. Lan An se lo había dicho a Jiang Fengmian una vez, la cinta los protegía de lo que habitaba en el Inframundo y les aclaraba la mente. 

Pero en ese momento Jiang Fengmian no estaba para pensar significados profundos de cintas, sino para encarar al hombre que había confundido la mente de su hijo. Él no podía permitir que su pequeño hijo se relacionara con los Lan, quienes parecían dispuestos a robarse a los más jóvenes de todos para sus oscuros propósitos.

— No es una visita de cortesía. ¡Exijo saber qué le hiciste o le dijiste a mi hijo para que aceptara relacionarse contigo!

Lan Xichen solo ladeo un poco la cabeza y su sonrisa se hizo ligeramente más notable y amable.

— Me temo que está equivocado, líder de Secta. Yo no le he hecho nada a Wanyin. — Lan Xichen se acercó un paso a él, de manera calmada y sin perder esa expresión. — Wanyin bajó por su propia voluntad al Inframundo y él decidió relacionase conmigo.

— ¡Entonces rompe esa relación! — Exigió Jiang Fengmian acercándose un paso a Lan Xichen. — ¡Es un niño! ¡No sabe lo que quiere y tú te estás aprovechando de eso!

Semillas de Loto || XiCheng FFDonde viven las historias. Descúbrelo ahora