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El veinticuatro por la mañana fue una eterna salida de compras. Iniciamos temprano, o esa era la intención aunque nos hayamos quedado dormidos, y visitamos toda tienda posible de regalos.

Hyunjin se emocionó y gastó más de lo necesario en llaveros con animalitos, luego entró en una tienda de accesorios y lo perdimos cuando tiró un estante con anteojos de sol turísticos. Y con "perder" me refiero a que lo abandonamos adrede. Le dijimos que iba a voltear algo si seguía moviéndose de un lado al otro sin cuidado; es parte de la crianza de un niño que se enfrente solo a la vida de vez en cuando.

Jisung se escabullo a la tienda de recuerdos, dijo que sus regalos iban a ser básicos y que no esperaramos tanto de ellos. Jeongin le recordó que la navidad pasada le regaló una entrada a un concierto de «Twenty one Pilots». Jisung le reprochó que estaba arruinando su reputación de «insensible».

Jeongin y yo nos comimos un helado mientras hablábamos en coreano a propósito para que los Australianos se nos quedarán viendo interesados y en realidad estábamos teniendo una conversación sobre como nos imaginábamos cada uno a los alienígenas.

Al final, él se metió a una perfumería y yo encontré una muy grande tienda de juguetes. Está claro que esto de los regalos es una habilidad muy madura de mi parte. La navidad pasada le regalé a Hyunjin una Barbie enfermera y una colección de los autos de Cars en miniatura a Jisung. Hyunjin le quemó el pelo a la Barbie con un secador de cabello y Jisung lanzó sus autos por la ventana jugando a carreritas en el balcón con Jeongin. Se los robó un niño, estuvo llorando una hora entera.

Este año no será la excepción. Al menos me aseguraré de que duren un poco más de tres meses.

Terminé comprando una pistola de agua para Hyunjin, mi más grande error, pero se me hizo tierno imaginarlo corriendo por el departamento con un Jeongin empapado por detrás. A Jisung le compré unos patitos de hule para sus eternos baños y porque siempre lo escucho crear historias con el shampoo y el acondicionador de protagonistas; merece renovar personajes. Y a Jeongin le regalaré una bonita colección de baldes y moldes para la arena. Lo mantendrán ocupado los fines de semana en que solo se queja de las altas temperaturas.

Por último, cuando estaba por cargar todo en un canasto, encontré un peluche de un limón gigante y no pude evitar comprarlo. No tengo idea de quién dijo «esto es una buena idea», pero me alegra que nadie lo detuviera. Felix no merece nada más normal que esto.

Luego, me encuentro con Jeongin y Jisung en frente de un policía, quien sostiene del brazo a Hyunjin bastante enojado. Podría fingir que no conozco a esas tres personas, pero se supone que eso no forma parte de la lista de «buenas acciones» que uno firma al aceptar una amistad. Al final, logramos aclarar las cosas diciendo que Hyunjin no consume drogas y que dos dulces ya le dan esa energía.

La mañana fue eterna, pero estamos de acuerdo de que valió la pena cuando a las ocho de la noche, media hora antes de que empiecen a venir los invitados, la casa ya está casi lista y se ve realmente bonita.

Y la limitación de «casi» se debe a que Jeongin compró centros de mesas y Jisung también, entonces ahora discuten sobre cuál es más lindo mientras Hyunjin trata de entender cómo funcionan las luces del mini arbolito si no están enchufadas; planeo destruir sus ilusiones mágicas cuando le explique la existencia de las baterías.

—¿Puedes explicarme por qué un oso polar con sombrero navideño que gira con luces de colores es mejor centro de mesa que el mío? —exige Jeongin con el dedo en alto. Jisung envuelve sus brazos en la cabeza del gran oso polar para evitar que escuche los comentarios del menor.

—Por favor, el tuyo es un muñeco de nieve con velas alrededor. Es lo más aburrido que ví en mi vida —replica Jisung y yo me limito a suspirar.

—¿Aburrido? Jisung, compraste un oso con complejo de discoteca. ¿Te parece cómodo comer con un espectáculo de luces en la cara?

Un verano amarillo - [Changlix] [En pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora