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Draco
Semana veinticuatro del sexto año en Hogwarts
30 de enero 1997

Siempre antes de salir de la sala de menesteres volteaba a ambos lados, y cuando caminaba volvía a hacerlo, incluso cada tres pasos volteaba la mirada, por si alguien lo seguía.

Tal vez era la paranoia que carcomía la mente del chico.

Pero no podía dejar que nadie lo viera.

Eran casi las doce de la noche, doce de la noche de un lunes, lo cual solo podía significar una cosa.

Granger.
Granger en la torre de astronomía.
Granger en la torre de astronomía, esperando por él.

Y solo a él.

Eso le provocó un sentimiento de calma en su pecho, pero solo un poco, casi como anestesia. Pero no le gusta pensar así, porque la chica no era como que le quitase el dolor.

De hecho, él sabía que el día estaba cerca, su marca le dolía a veces. Le quemaba el brazo y no sabía porque, tal vez alguien lo estaba llamando o simplemente era tortura.

Draco llego a las escaleras de caracol y las subió lentamente, cuidadoso de no causar ningún ruido que pudiese delatarlos. Y cuando estuvo por llegar, la vio, se encontraba de espaldas a él, contemplaba el lago o tal vez las montañas. O el cielo.

No sabía.
Pero él la contemplaba a ella.

-¿Te arde, no es así? -Preguntó la chica viendo como Draco tensaba la mandíbula.

-No quiero que hablemos de eso Granger -Bufó el chico.

Pero a Hermione Granger le importaba Draco Malfoy.
Así que volvió a preguntar, pero esta vez con más firmeza.

-No es de tu maldita incumbencia-Los ojos de Draco la miraron fijamente, con rabia.

Pero no la suficiente.

La chica no se inmutó, pero si se levantó lentamente del suelo y camino nuevamente al barandal y esta vez observó el lago.

Por unos minutos no supieron que hacer, solo se quedaron en silencio.

Las manos de Draco se posicionaron fuertemente en las caderas de la chica y recargó su barbilla en su hombro.

-He pasado meses ocultándote esto, solo no quiero que te involucres, yo me las arreglaré, tu no te tienes que preocupar.

Hermione volteo al cielo y vio a las constelaciones y por un momento, creyó que estás les estarían guardando su secreto.

HUMAN ERROR | DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora