Destruir objetos personales

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Algo que podía hacer enojar a Jimin era el que su novio dejara las cosas tiradas por ahí, Uhg, cuántas veces no le había dicho que no dejara la maldita laptop en la sala. Pero no más, él iba a aprender por las buenas o por las malas.

Yoongi se encontraba haciendo su nueva rutina de ejercicio enfocada en bajar de peso, no le importó mucho que el nutricionista le dijera que se encontraba bien así, él no podía sacarse de la cabeza todas las veces en las que Jimin le había llamado cerdo u gordo.

Tampoco había vuelto a hablar con Hoseok desde hace un mes, y no iba a mentir. Sí le había dado miedo la amenaza de Jimin, y ahora él realmente no sabía de qué era capaz. Una parte de él en serio se sentía mal por ignorar las llamadas y mensajes de su mejor amigo.

Sabía que no sólo Jimin estaba complacido por ello; Chaerin también lo estaba. Después de todo a su madre jamás le agradó que pasara tanto tiempo con el pelirrojo una vez declaró su relación oficial con su novio.

Pensándolo bien, a ella nunca le agradó nada de lo que hacía.

[...]

Dos horas después estaba trabajando tranquilo, puesto que aquel día no tenía mucho que hacer; él era diseñador de interiores, y llegó a un acuerdo con su jefa para quedarse en su hogar ese resto de semana (ya que no se sentía tan bien físicamente) siempre y cuando estuviera siendo productivo.

Almorzó con Daehyun y Jongin para luego terminar su jornada de la tarde.

A las siete de la noche en punto finalmente recogió sus cosas y emprendió camino a casa, no quería que Jimin volviera a actuar de esa forma tan intimidante y autoritaria con él.

Extrañamente cuando llegó a su departamento su novio ya estaba ahí, lo miraba desde el sillón de la sala con una expresión entre molesta y divertida.

— ¿Qué haces aquí tan temprano amor?

— Acércate Yoongi — lo señaló sin responder su pregunta. Algo nervioso el de cabellos grises obedeció — ¿Qué te he dicho sobre tu computador?

— Que no lo dejara tirado en cualquier lado...

— Exacto ¿Y dónde lo dejaste ayer? — ahí Yoongi comprendió el rumbo de la conversación viéndose sinceramente arrepentido.

— Creo que por aquí. Amor lo siento no lo volveré a hacer.

— Oh, claro que no lo volverás a hacer. Porque esto es lo que va a pasar si vuelves a dejar tus cosas regadas por cualquier lado — Jimin se levantó y sacó la laptop rota por la mitad y con los cables salidos del cajón contiguo al sofá. Al ver esto Yoongi abrió los ojos más de lo normal, sorprendido y desesperado ¡Ahí tenía cosas de su trabajo!

— ¡Jimin! Ahorré demasiado para comprarla ¡Era una Macbook! — No bromeaba, esa computadora era de los modelos más recientes y tuvo que esperar demasiado para conseguirla.

— Eso no es mi culpa, si no dejaras todo desordenado y tirado por ahí no me vería en la obligación de hacer esto. Pero, como tú nunca escuchas lo que te digo, ahí están las consecuencias — parecía que al castaño no le inmutaba en lo absoluto que Yoongi estuviera casi a punto de arrancarse los cabellos de la frustración, ¿Ahora cómo iba a hacer para adelantar el trabajo esa semana? ¿Y los archivos? Sólo pensar en todo lo que perdió le daba dolor de cabeza.

— ¡JIMIN POR DIOS! ¿CÓMO PUEDES ECHAR TODO MI TRABAJO A LA BASURA ASÍ NADA MÁS? — era la primera vez que le levantaba la voz, y al ver el semblante molesto de Jimin se arrepintió. Su novio se acercó a él y le tomó por la mandíbula.

— Vuelves a gritarme, y te juro que te vas a arrepentir. Mira bien con quién estás hablando — la mirada de Jimin estaba ensombrecida y el agarre que tenía sobre él, aunque no era tan fuerte, era firme.

— L-lo siento.

¿Dónde se había metido?

Violentómetro | JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora