Intimidar; Amenazar

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Todo parecía haber vuelto a la normalidad, Jimin ya no actuaba distante con él, lo que en cierto modo le aliviaba.

El único problema quizá era que ahora pasaba más tiempo del necesario mirándose al espejo y sintiéndose inseguro de su cuerpo.

— ¡Hey Yoon! — Se sobresaltó cuando Daehyun, una de sus compañeras de trabajo, le distrajo, de por sí él estaba metido en su mundo y ella apareció de la nada.

— Dae, hola.

— Te pregunté que si vendrás — Yoongi le miró con cara de no entender nada a lo que la pelinegra puso los ojos en blanco, pero sin borrar su sonrisa — Eres demasiado distraído ¿Sabes? Te decía que este sábado es el cumpleaños de mi sobrina y como no quería estar sola con un montón de niños quería saber si me podrías acompañar.

— No lo sé Dae — A él tampoco le sonaba mucho la idea de estar en una fiesta infantil, aunque después de todo Dae era su amiga, y le agradaba pasar tiempo con ella.

— Ándale Yoonie, no seas así. Te acompañaré a donde necesites cuando quieras, pero no me dejes solita ¿Sí?

— Está bien — Daehyun lo abrazó agradeciéndole unas veinte veces.

El sábado había llegado más rápido de lo que esperaba, Daehyun le había mandado la dirección y le había dicho que llegara a las cinco en punto de la tarde.

Ahora se estaba cambiando mientras Jimin tomaba una ducha, no le había comentado nada sobre su salida, y no era por ningún motivo en específico, de hecho, él mismo lo había olvidado, sólo lo recordó por el texto de Dae.

Jimin salió con una toalla enrollada en la cintura cuando él se estaba cepillando el cabello recordándose internamente que tendría que volver a teñirlo pronto.

— ¿Por qué te arreglas tanto? — le preguntó mientras se cambiaba.

— Oh, es que acompañaré a Daehyun a una fiesta familiar — respondió tranquilo mientras se ponía un poco de bálsamo en los labios.

— No irás a ningún lado Yoongi, será mejor que te cambies — el de cabellos grises le miró incrédulo, y algo divertido ya que no pensaba que Jimin fuera en serio. Prácticamente lo ignoró y siguió arreglándose.

Iba saliendo para ir por su celular, pero Jimin lo detuvo.

— Te he dicho que no vas a salir, si no me haces caso y haces lo que se te venga en gana me voy a enojar y no va a ser agradable.

— Jiminie, déjate de juegos, en serio tengo que irme. Le prometí a Dae que estaría allí a las cinco y ya se me está haciendo tarde — el castaño lo acorraló contra la pared, ambos brazos a los lados de su cabeza

— ¿Te parece que estoy jugando Min Yoongi? Te he dicho que no vas a ningún lado y no irás, no me obligues a hacer las cosas por las malas — algo en el tono de su voz o la mirada ensombrecida de su novio le dijo que iba en serio, y eso le asustó.

— Pero Dae — sus palabras fueron interrumpidas abruptamente cuando el castaño golpeó la pared cerca de su rostro.

— ¡No vas a salir! — levantó el tono de voz intimidando a Yoongi, quien solo asintió y bajó la cabeza.

[...]

Daehyun por otro lado, estaba algo preocupada. Yoongi no era alguien de incumplir promesas, eran las siete de la noche y su amigo no había llegado, trató de llamarle, pero al parecer su teléfono se encontraba apagado.

Su hermana le preguntó si se encontraba bien, ya que, la pelinegra había estado mirando por las ventanas de la casa y saliendo cada quince minutos.

Cuando el reloj marcó las nueve, comprendió que él no llegaría. Decidió que le hablaría el lunes, en el trabajo. Quizá le había surgido algo. 

Violentómetro | JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora