No eran más de las dos de la tarde , cuando el marqués Diego Fontaine observaba su reloj inquieto y mareado por el vaivén del tren en el que se encontraba . Miraba a su esposa Claudia Fontaine , que , en aquellos instantes , estaba tejiendo un bonito chal para los fríos de Francia .
Claudia le devolvió la mirada con una sonrisa , con la que su marido logró calmarse y volver a su asiento .
- Has de mantener la calma - susurró Claudia acercándose a su esposo con un tono cariñoso Duerme un poco , y ya veras como en un par de horas habremos llegado .
Diego reiteró una sonrisa a su esposa y procedió a darle un beso en la frente . Hasta que , finalmente , vencido por el cansancio , se durmió profundamente .
Claudia observaba los bellos paisajes que divisaba a través de los cristales del tren . A ella jamás le habían gustado los viajes , pues opinaba , que no había nada como la tranquilidad y el calor de tu propio hogar . El hecho de tener que renunciar a la comodidad diaria de de Inglaterra , para llegar a un pueblucho de mala muerte , a las afueras de Francia , conseguía irritarla en demasía .
Los Fontaine realizaban este viaje por motivos de salud . Durante los últimos meses , Diego Fontaine había soportado un gran estrés ocasionado por el trabajo y las deudas , lo que le había conllevado a sufrir de un infarto . Por ello , los médicos pensaron que sería una excelente idea , que los Fontaine aprovecharan el verano para , de alguna manera descansar y que por ende, lograran la pronta recuperación del marqués . Además de las deudas y el trabajo , los Fontaine también se preocupaban por el futuro de sus cuatro hijas , tres mujeres y el tan ansiado varón .
La mayor de las hermanas se llamaba María de veintitrés años de edad . María constituía el prototipo de hija que todo padre desearía tener . Era alta y delgada , de tez morena y ojos color avellana . Su cabello era oscuro , pero poseía algunas betas rubias que la hacían muy atractiva ante los ojos de cualquier hombre . A pesar de todo , María era una persona realmente devota , cosa que preocupaba a sus padres por si su hija no desearía comprometerse en un futuro . Había estudiado algo de literatura y se encargaba , principalmente , de la instrucción de sus hermanas menores .
Claudia suspiró al contemplar a su hija que estaba absorta rezando con un crucifijo negro entre las manos . ¡ Ella nunca cambiaría !
La marquesa se percató de que su segunda hija , Rose no cesaba de protestar . Miraba con enfado a su madre , como si quisiera decirle algo importante .
Rose era la segunda hija de los Fontaine , de veinte años de edad . De estatura media , con cabellos rubios como el oro y ojos azules como el mar . Había asistido a clases de protocolo , danza y música , pero , al poco tiempo , las había abandonado . Su hermana María le había insistido notablemente que debía estudiar , si realmente deseaba llegar a ser alguien en la vida o encontrar un hombre que se enamorase de ella. Esto era totalmente ilógico para Rose , quien , consideraba que el hecho de ser una buena esposa consistía en ser bella y aportar hijos al matrimonio , para así , complacer a su esposo . Por ende , es de suponer que tuviera numerosos amantes y constituyera más de un quebradero de cabeza a sus padres . Quienes se lamentaban por el comportamiento , de una de sus hijas más bellas .
Rose advirtió la extraña vigilancia de su madre y se propuso entablar una conversación .
-¿ Podré comprar nuevos vestidos y joyas en las tiendas del pueblo , madre? - preguntó Rose impaciente , intentando estirar las piernas .
- ¡ Mantén esos modales ! - exclamó su madre , algo furiosa - Y , sobre tu pregunta , me temo que no - contestó dulcemente -Tienes suficientes vestidos y joyas para abastecerte durante todo el verano . Además , en Charentes no podrías encontrar las grandes boutiques a las que estás acostumbrada .
Rose replicó una y otra vez a su madre , explicando , con pelos y señales , su escasez de indumentaria propia de una joven de la alta sociedad . Hasta que , finalmente , acabó rindiéndose , para así , regresar de nuevo a su asiento .
Al cabo del tiempo , Rose contempló como su hermana pequeña devoraba las páginas de un libro . A cada rato , Rose se preguntaba , que es lo que veía su hermana en la lectura , en aquellos ladrillos con letras minúsculas que siempre conseguían aburrirla . El simple hecho de abrir un libro , le mareaba , le daba sueño y conseguía hacerle padecer grandes dolores de cabeza .
Olivia , era la menor de las tres hermanas , muy alta y esbelta de dieciséis años de edad . Poseía un cabello corto , rizado y pelirrojo , a la altura de los hombros , algo impropio para su época , en la que se acostumbraba a llevar el pelo excesivamente largo . Además la mayoría de las jóvenes solían ser de cabello negro , castaño o rubio , ya que pocas pelirrojas abundaban en Inglaterra . Olivia sabía que no se las consideraba el prototipo de belleza femenina , pero , a pesar de ello , se sentía orgullosa de ser tan especial . Sus ojos eran verdes , como la hierba , como el color de los bosques frondosos , con los que tanto soñaba y leía .
La joven se asustó al sentir la cabeza de su hermano , reposar sobre su hombro . Estaba completamente helado , así que , Olivia lo atrajo hacia ella y lo envolvió con un antiguo chal , que había hecho su madre . La joven río al sentir el tacto del cabello de hermano contra su piel . Estaba totalmente alborotado y se advertía a leguas que su hermano no se había peinado .
Hacía un par de semanas que él había cumplido los diez años . Constituía un niño de tez muy pálida , cabellos morenos y lisos y ojos color verde . Era un niño muy travieso , y , a menudo se divertía a cuenta de su hermanas , sobre todo , de Rose , ya que le escondía las polveras y los collares más valiosos para ella .
Diego y Claudia estaban muy contentos con sus hijos y querían labrarles un futuro prometedor .
Eran las cuatro de la tarde y el tren se paró en el pequeño pueblo de Charentes , a las afueras de Francia . La familia caminó un par de minutos cargados con su equipaje , hasta que , finalmente , hallaron un gran carruaje , que se ofreció a llevarles a su destino .
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Las hermanas Fontaine
Historical FictionHasta el momento , los Fontaine gozaban de una gran reputación en la Inglaterra del siglo XX . Tenían todo lo que podían desear , dinero , posesiones , amistades influyentes , hijas a las que casar . ¿ Pero que me dirías si todo eso pudiera camb...