Familia

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—Mira qué lindos se ven, Gakuhoū —susurró la mujer.

—Leana, deja de acosarlos.

—¡Pero es que mira!

—No les tomes fotos, ¿qué haces?

—Déjame en paz.

—Deja esa cámara... ¡Leana!

—¡Shh, vas a despertarlos!

—Deberían estar estudiando, no durmiendo.

Karma se removió ligeramente y los adultos contuvieron la respiración, pero pronto se relajaron cuando vieron que el pelirrojo sólo volvió a acomodarse. Gakushū se movió también y posó su mano sobre la espalda baja de su novio a manera de abrazo.

—¡Mira, mira!

—Leana...

—Mira cómo tu hijo lo abraza, son tan lindos. ¿Por qué tú no me abrazas así?

—¿De qué estás hablando? No voy a tener esta conversación.

Lentamente, un par de ojos cobre fueron abriéndose. Karma parpadeó un par de veces y rápidamente se acopló a la poca luz que entraba por las cortinas blancas.

—¡Dame la cámara!

—¡No!

Tan rápido como pudo, utilizó sus brazos para levantarse, solo lo suficiente como para alcanzar a vislumbrar su alrededor. Gakushū estaba debajo de él o más bien, él estaba encima de Gakushū. Miró por encima del sofá y pudo ver al director y a la esposa de este, ambos luchando por una cámara.

Se sentó derecho como pudo casi por reflejo, golpeando a Shū levemente en el proceso.

—¿Qué pasa? —murmuró Asano, sobando su abdomen.

Dirigió su mirada a donde apubtaba la de su novio. Sus padres estaban ahí, mirándolos a ambos, casi en shock, como un par de niños atrapados en medio de una travesura. El menor se sentó rápidamente.

—¿Qué está pasando? —repitió.

—Tu madre estaba acosandolos mientras dormían —Gakuhoū habló con un semblante serio.

—¡Soy su madre, se supone que haga eso!

Gakushū miró la cámara en sus manos y luego a Karma. Parecía incómodo simplemente por pensar que su madre podría tener fotos de ambos durmiendo, en una situación que para ambos era tan íntima.

—Mamá, incomodas a Karma —reclamó. La mujer miró al pelirrojo, quien solo sonrió avergonzado sin aceptar ni negar nada—. Dame la cámara. ¿De dónde la sacaste si quiera? No sabía que teníamos cámaras —extendió la mano.

—¡Pero...!

—Leana.

—Mamá.

Una vez Gakushū tuvo el aparato en sus manos, sus padres salieron de la sala; su madre murmuraba cosas y Gakuhoū daba golpecitos en su espalda intentando consolarla.

El peli naranja decidió conservar las fotos para su propio consumo, con la aprobación de Akabane.

—Siento eso —dijo riendo—. Mis padres... Mi madre sobre todo, pueden ser un dolor de cabeza a veces.

—No —negó sonriendo con nostalgia—. Son... lindos. Es decir, ellos te quieren, es obvio. Realmente se preocupan por ti.

Gakushū rápidamente percibió la tristeza en su voz.

—Karma.

—Qué comentario más innecesario —Negó con una falsa sonrisa—. Olvídalo.

—No, claro que no —Se acercó más a su novio—. ¿Pasó algo con tus padres? —susurró.

Asakaru Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora