Invitación

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—¿Te llegó la invitación de Ren? —preguntó a su esposo mientras se secaba el torso con la toalla.

—¿Ren? —Frunció el ceño. Se recargó en la pared fría en busca de equilibrio y subió su ropa interior mientras pensaba—. No, ¿de qué?

—Del Baby Shower de su bebé—obvió. Su pareja lo miró con una ceja alzada—. ¿No te llegó?

—No —Se encogió de hombros—. Pero ya sé del evento y supuse que si te invitaba a tí, bueno, yo... O quizá no debería asumir ese tipo de cosas —Arrugó la nariz—. Tal vez no quiso invitarme y ya.

—Karma.

—Tú eres su mejor amigo y tú vas a ser el padrino de nacimiento del niño, no yo.

—Karma —Comenzó a caminar hasta él.

—Ren no está obligado a invitarme solo porque estoy casado conti... —Los labios de su esposo lo interrumpieron. Su espalda chocó nuevamente contra la pared y un jadeo de sorpresa salió de su garganta, siendo atrapado por la lengua contraria. 

Sus manos no se movieron mientras las de Asano se posaron en su cintura. Cuando se separaron y abrieron los ojos, el frío que sentía en su espalda fue poco comparado con el de la falta de contacto, a pesar de que ambos pechos desnudos se tocaban.

—Él quiere invitarte —Aseguró, mirando los inseguros ojos cobre—. Me lo ha dicho; quizá solo lo olvidó, o pensó lo mismo que tú y asumió que contamos como una invitación.

—Bien... de acuerdo —Asintió—. Gracias.

Asano sonrió antes de depositar otro casto beso en los labios rosados de su esposo. 

[...]

—¿Cómo dices? —Alzó las cejas con sorpresa.

—No es que no quiera que venga —dijo, con una expresión nerviosa. La mirada de su mejor amigo no era para nada amable—. Es que... Bueno, Adara pensó...

—Si vas a decir algo, dilo ya.

—Ya sabes —Se rascó la nuca. Jamás había estado tan nervioso en su vida; ni siquiera cuando le pidió matrimonio a la madre de su próximo hijo—. Le conté a Adara algunas anécdotas de la escuela y ella...

—Ajá...

—Cree...

—Termina de una maldita vez antes de que me largue.

El castaño suspiró.

—Adara tiene miedo de que Karma pueda... tomar algo... de nuestra casa.

La cara de Asano se descompuso; una mezcla de odio, furia, confusión y risa.

—¿Tomar? —Repitió—. ¿Te refieres a robar? —Una carcajada sin gracia salió de su garganta.

—Ella cree...

—¿Ella? Tú eres mi mejor amigo, tú conoces a Karma que, de hecho, es como ochocientas veces más rico que tú y Adara juntos —gritó. Sakakibara abrió la boca para decir algo, pero Gakushū no se lo permitió—. Y puede que vaya a ser el padrino de tu bebé, voy a querer a ese niño como si fuese mi sobrino, pero jamás, escúchame bien, jamás asistiría a un evento de una persona que desconfía de mi esposo. Así que espera el regalo del bebé por paquetería, porque no voy a pararme en tu casa en los próximos quinientos años, Sakakibara —Finalizó, con la respiración agitada, el rostro enrojecido y las manos hechas puño; los nudillos blancos por la fuerza aplicada sobre ellos.

—Gakushū... —su rostro se suavizó.

—No —Retrocedió—. Púdranse tú y Adara.

El peli naranja salió de la mansión del oji marrón dando un portazo. Se había quedado en la acera unos segundos, intentando calmar su respiración cuando se dio cuenta de que había alguien recargado en la barda del jardín de Ren, mirándolo. Casi le gritó que no se metiera en lo que no le importaba hasta que se dio cuenta del color de cabello de la persona.

—Karma —murmuró, casi atónito—. ¿Por cuánto has estado ahí? —Tragó saliva. Sabía que su tono de voz no había sido precisamente bajo allí dentro.

Akabane se encogió de hombros con una sonrisa resignada.

—Lo suficiente —Caminó hasta su esposo y lo abrazó. El peli naranja correspondió al gesto lo más rápido que pudo, con los miembros aún entumidos por la adrenalina—. Lo siento mucho, cariño.

—Tú no tienes que disculparte por nada —Su sangre hirvió al pensar en que el amor de su vida sentía el más mínimo atisbo de culpabilidad por algo—. El imbécil de...

—Siento que arruinaras tu amistad con Ren por mí —Se separó de su esposo, pero sus manos continuaron alrededor de su cuello; las de Asano, sobre su cintura.

—No pienso tener ningún tipo de conexión con una persona que te juzga de esa manera, mucho menos cuando esa persona te conoce. Y tú no tienes la culpa de nada, Karma. Eres... la mejor persona del universo.

—Gracias —Sonrió, acariciando el cabello de la nuca ajena—. También parece que soy ochocientas veces más rico que Ren —dijo, haciendo reír al contrario. 

—Lo eres.

—Lo sé~

—Vamos a casa, ¿sí? —Karma asintió.

[...]

Tres días después, ambos se encontraban sobre su cama; Karma miraba la televisión mientras Asano leía. 

—Shū

—¿Mhm?

—Ren me envió un mensaje.

El peli naranja levantó la vista de su libro casi al instante. 

—Dice que siente mucho que haya escuchado su discusión el otro día, pero que cuando nos vio abrazados afuera de su casa pensó en lo mal que se había portado y... me envió la invitación al evento. Podemos ir si quieres.

—¿Ir? —Frunció el ceño—. No voy a ir. Tú tampoco.

—Pero tú querías...

Asano se acercó rápidamente a su novio, gateando a través de la cama, lo tomó de la nuca y lo besó. El celular que Akabane sostenía terminó en el piso.

—Lo único que quiero está aquí —susurró en la boca del otro.

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No sé aún qué pienso de este OS, no decido si me gusta o no, pero aquí está.

Espero que al menos a ustedes les haya gustado, aunque sea un poco♡ No olviden votar y comentar qué les pareció, eso me ayuda muchísimo (además que leer y responder comentarios es mi pasatiempo fav).

Recuerden que son personas valiosas y Jenn les ama♡ Nos leemos mañana~

Asakaru Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora