Los experimentos

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—Ahora entiendo por qué el hechizo de Diana no bloquea ilusiones —dijo Sucy con toda tranquilidad cuando Akko la hubo sacado de la habitación— parece que hay tantas que es imposible que la energía mágica no se salga de control.

—¡Sucy! —se quejó Akko e hizo una pequeña pausa para toser— Casi me matas del susto ¿Qué estabas haciendo? Casi destruyes nuestra habitación.

—Tranquila. —le respondió la pelirrosa e hizo un hechizo de viento que se llevó todo el humo, revelando que el cuarto estaba manchado con polvos y pastas de diferentes colores— Sólo estaba intentando hacer una pócima con los mismos efectos del hechizo de protección de tu noviecita.

—Diana no es mi... —se quejó Akko, pero recordó lo que había pasado la noche anterior y no pudo ocultar su enojo— ¿Sabes qué? ni siquiera quiero hablar de ella, prefiero limpiar.

—¿Y eso?

—Nada más...

—¿Tiene que ver con la forma en la que te ves? Digo, normalmente no te ves así de fea cuando te despiertas.

—Claro que no, fue el humo, casi me ahogo por sacarte de ahí.

—Era humo por sobrecalentamiento mágico, no se supone que te haga daño como el humo normal.

—¿Dónde está Lotte? —dijo Akko para llevar la conversación a otro lado.

—Aun no regresa del baile, creo que se quedó con una de las chicas.

—Suena a que los bailes son muy divertidos, definitivamente iré al próximo.

—¿Qué pasará con Diana entonces?

—No me importa lo que pase con ella —Akko sonaba tan enojada que Sucy no se atrevió a mencionar a Diana una vez más.

—Bueno, supongo que como estarás libre el resto del día me podrás ayudar con unos experimentos.

—Mientras eso no implique que me crezcan hongos en lugares extraños está bien —dijo Akko un poco más tranquila.

—No, para nada, sólo necesito que te pongas estas gotas, son para las ilusiones visuales.

Sucy vertió un par de gotas amarillentas en los ojos de Akko, que iba a preguntar cuándo hacían efecto pero no pudo porque sus ojos comenzaron a arder y ella comenzó a gritar.

—Cálmate, esto debería calmar el dolor y retirar la poción —dijo Sucy después de untarle un cataplasma que estuvo preparado con calma mientras Akko se retorcía.

—Gracias —dijo Akko más calmada al sentir alivio pero inmediatamente se volvió a enojar— espera, ahora no puedo ver nada.

—Si, eso no debe durar más de 24 horas.

—Genial —se quejó Akko y volvió a tientas a su cama para intentar no meterse en ningún problema en lo que recuperaba la vista, entonces llegó una lechuza con un mensaje que Akko no hubiera recibido si pudiera ver.

—Tenemos un mensaje. —dijo Sucy al abrirlo— Es Diana disculpándose por...

—¡Bah! No me interesa

—Aquí dice que...

—¡Que no me interesa! —volvió a quejarse Akko, mientras el sentimiento de opresión volvía a su pecho.

—Dice que si estás tan enojada para no contestarle que vendrá en persona a aclarar las cosas.

—Pues no la recibiré —se quejó Akko casi sollozando.

Unos segundos más tarde alguien llamó a la puerta, Akko no perdió el tiempo y corrió a abrir y gritarle muy enojada a la que estaba del otro lado que la había humillado dejado en ridículo y hasta endeudada, que no había una buena excusa para eso y que se olvidará de sus planes, para terminar llamándola gorda narizona cabeza de lechuga y cerrarle la puerta en la cara; la maestra Úrsula se fue de ahí muy confundida pero asustada de como se había puesto Akko, Sucy que había visto todo se rió en voz baja.

A Akko le costó trabajo volver a su cama y se golpeó varias veces con los muebles, y cuando al fin había encontrado su volvieron a tocar, esta vez con una intención más tímida. Akko seguía pensando que era Diana y se volvió enojada, chocando en los mismos lugares.

—Te dije que te fueras —gritó Akko pero quienes estaban del otro lado se acercaron a ella con timidez— ¿Lotte? —recompuso Akko avergonzada.

—Tenemos que decirte algo pero no sabemos cómo decírtelo —le respondió su amiga con la voz temblorosa.

Royals Love: un fic sobre un ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora