LAS NEVADAS // Luckity

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Después de varias horas de puro trabajo, por fin Quackity cerró el casino. Antes de irse, recibió una carta que decía:

Alex:

Hello, Alex. How are you?

George, Karl, Charlie and i went out to tour part of the kingdoms. We are currently the Butterfly Reing. I hope you're having a good time. Here we are all very well and we all send you greetings.
Goodbye, i love you. 

Your future husband, Sapnap ❤.  

(Traducción para los de boca: 

Hola, Alex. ¿Cómo estás?

George, Karl, Charlie y yo salimos a recorrer gran parte de los reinos. Actualmente estamos en el Butterfly Reing. Espero que la estés pasando bien allá. Acá todos estamos muy bien y también te mandamos saludos.
Adiós, te amo.

Tu futuro marido, Sapnap ❤). 

Las mejillas de Quackity tomaron un tono carmesí cuando leyó las últimas palabras que le había dejado Sapnap, pero, él tiene pareja, ¿cómo puede ser capaz de seguir amándolo aunque haya elegido quedarse con Karl en vez de quedarse con él? Una simple respuesta, nunca lo superó. 
Los anillos que tenían una "S" y una "K" estampados era lo que revelaba su secreto, nunca los había tirado, en realidad, siempre estuvieron con él. Estaban en una cadena que Alex usaba todos los días. En ese momento también lo llevaba puesto, la agarró con su mano izquierda, donde antes se encontraba el anillo de uno de los amores de su vida, Karl. En la mano derecha antes usaba el de Sapnap. Se detuvo a observarlos, su brillo, el amor con los que fueron entregados. Eso le volvió a abrir la herida que lentamente iba cicatrizando, pero nunca lo iba a estar del todo. Recordó cuando fue obligado a irse tras la perdida de memoria de uno de sus enamorados. Recordó tantas noches en el bar, ahogando sus penas en alcohol. Recordó el amor que nunca volvió a sentir. Unas pequeñas lagrimas salieron de los ojos del híbrido, pero este rápidamente las secó con su manga, porque no valía la pena llorar por algo que nunca volvería a pasar.

Alex salió totalmente del casino, cerró bien las puertas y se fue directamente a su casa. Se bañó y se vistió con una musculosa al cuerpo y un jean negro, se puso su buso amarrado al rededor de la cadera, también se puso unos lentes muy parecidos a los de su hermano (Georgenotfound). Salió de la casa de lo más tranquilo, miró la hora, tenía 30 minutos para llegar a cualquier lado que la rubia tetona le diga. Le mandó un mensaje:

____
Furro fav<3

- Hola, rubi.

- Qué onda quacks?

- Ya pendejo, me vas a pasar a donde están, o que pedo wey?

- Ya, ya, deja de chillar pato.

[Furro fav<3 a enviado su ubicación]

- Ven a mi casa, que yo te llevo, tío.

- Yendo.
_____

Alex caminó hasta la casa de su amigo, era bastante cerca entonces no se quejó. Tocó la puerta 3 veces con sus nudillos bastante marcados. El rubio abrió la puerta con bastante velocidad, este le sonrió con al parecer alegría. 

- Ya salgamos, Quacks. - Salió de la casa con bastante velocidad, agarrando la mano de este para guiarlo. 

- Bueno, rubia, esperate - dijo para después ser jalado como bolsa de papa. -Tu puta madre, rubí.

- Me gusta que me digas "rubí", pato de mierda. - Respondió en tono de burla.

- A mi me gustaría que me sueltes, rubia. - habló entre risas, como siempre su mejor amigo le había subido el ánimo. 

La noche se la pasaron excelente, bebieron, bailaron, entre otras cosas. Todos los héroes de Karmaland estaban allí, sí, incluyendo a Luzu, el cual no se había ido a hacer una misión ni nada de eso, él se había ido a trabajar ya que es el psicólogo del pueblo. 

Entre todas las cosas que hicieron, lo que más hizo Quackity fue bailar, en este caso, putear (perrear, pero odio esa palabra). Los españoles y el noruego lo miraron con sorpresa, ya que él bailaba mucho más de lo que lo haría un "pole dancer" del mismo Karmaland. Rubius decidió acompañar a su amigo en su puti - baile, puteando hasta el piso, cada vez se iban pegando más. Pasaron un rato así, todos excepto Borja y Lolito se les habían unido, pero nunca igualándolos. 

¿Qué hacía Luzu que no los acompañaba? Bueno, Luzu mataba con la mirada a Rubius, que estaba siendo maravillado con un baile de Quackity mientras le seguía el ritmo. Claramente él quería estar allí con su pareja bailando, pero él no sabía bailar y también le daba mucha vergüenza. Aunque no se la crean, el de ojos carmín era muy tímido y celoso a la vez.

Lolito, su primo, se acercó a él con sumo cuidado para que no se de cuenta. Se paró a su lado, apoyándose en la misma pared de que el otro estaba apoyado pero de manera más cómoda, tomando una pose relajada. Posó su mano en el hombro del otro, llamando la atención de el mismo, el cual lo volteó a ver de manera tranquila.

- Hola, primo. - Habló el castaño antes que nada.

- Así que, ¿Quackity? - Levantó una ceja, con cierta diversión. 

- Oh, sí. ¿Solo querías hablarme por eso? - Respondió cansado, tenía sueño y quería morirse por lo que estaba viendo.

- No, no. Quería hablarte para ver si algún día podríamos juntarnos en la casa de algunos. - Sonrió con cariño, él amaba a su familia.

- Bueno, yo te aviso, primo. - Respondió la sonrisa a su único familiar vivo. - Hostia, te quiero.

- Yo también te quiero, Luzu. - Río felizmente. - Ya me voy, primo. Si quieres ven.

- Bueno, vayámonos juntos. - Ambos se fueron de aquel bar sin despedirse de nadie.

Caminaron juntos hasta el coche / auto de el de pelo rojo. Este no estaba muy borracho, entonces llegaron hasta la casa del mayor con bastante velocidad. Lolito se despidió de él con sumo cariño, siendo correspondido con el mismo sentimiento. Luzu entró a su casa a paso lento, cerró la puerta con llave y se puso a beber en su gran y hermosa cocina. Sacó 2 botellas de vino que se encontraban en una estantería. Agarró una copa de vino y se puso a beber a lo desgraciado. Para las 4 de la mañana ya se había tomado 1 botella y media de ese exquisito vino tinto y el otro blanco, se la había bebido en aproximadamente una hora o hasta menos, sus celos le hacían mal.

Entre copa y copa se le habían hecho las 5 de la mañana, se levantó de la silla en donde se encontraba bebiendo y se fue a acostar. Se quedó dormido al instante, el tenía el sueño profundo, entonces solamente durmió hasta que su cerebro lo haga despertarse.