The Average DC Experience

#2 Hogar, amargo hogar

Respiré hondo, preparándome mentalmente mientras estaba de pie frente a la puerta cubierta de mugre de un apartamento ubicado en un complejo igualmente sucio y en ruinas.

Básicamente, todo gritaba sombrío, nido de drogas / prostitución. Incluso desde aquí, podía ver a varios traficantes de drogas atendiendo a sus clientes y chicas de la calle con faldas ajustadas deambulando por la calle mientras miraba por encima del hombro. Y algo me dice que algunas de estas chicas no volverán.

El viaje aquí tampoco fue agradable. Cada vez que respiraba, mis pulmones se llenaban de esmog espeso, cada paso que daba en mi camino hacia aquí salpicaba una mezcla profana de suciedad y sustancias viscosas.

La ciudad de Gotham apesta. Pero es todo lo que tengo en este momento, y lo haré lo mejor que pueda, o eso me consolé en un pobre intento de aliviar la ansiedad y la confusión que me carcomían el fondo de la mente.

Pero no podía quedarme en el balcón del pasillo por mucho tiempo, sabiendo que no estaría seguro por mucho más tiempo al aire libre, incluso aquí.

Exhalando el aliento que estaba conteniendo inconscientemente, inserté la llave y abrí la puerta, solo para cerrarla cuando una botella de cerveza vino volando hacia mí.

Aprieto los dientes cuando escuché que la botella golpeó la puerta, rompiéndose y derramando su contenido en el suelo, seguido de un ruido sordo, luego otro y otro.

Solo abrí la puerta un minuto después del último golpe, y esta vez ningún objeto voló hacia mí. En cambio, era un puño cerrado.

"¡¿Por qué volviste, punk bueno para nada?!"

Aprieto los dientes, tapándome la nariz con una expresión de dolor mientras escuchaba esas palabras y observaba al hombre que las pronunciaba con un tono de indignación.

Vistiendo nada más que un par de calzoncillos manchados y una camiseta blanca que apenas contenía su barriga abultada, el hombre, Logan Whitlock, medía 6.2 pies de alto mientras me miraba con ojos de condenación.

A pesar de estar fuera de forma, capas sobre capas que cubrían su cuerpo, el hombre dio un gran golpe, un testamento, una prueba de lo que una vez fue, de la masa muscular que alguna vez fue.

"¡Te estoy hablando inútil pedazo de mierda!"

Logan se enfureció al notar mi falta de respuesta, su expresión se retorció con furia mientras levantaba su puño hacia atrás, preparándose para golpearme de nuevo. Su rostro retorcido, junto con su imponente altura y tamaño, daban una imagen bastante intimidante.

Pero no me intimidaron. Yo estaba hirviendo de rabia en su lugar.

El antiguo dueño de este cuerpo, Gray, era un alma desafortunada. Los años de abuso y sufrimiento a manos de su padre, junto con un caso severo de desnutrición, habían socavado su coraje, dejándolo nada más que como un cobarde sin carácter, incapaz y poco dispuesto a defenderse por sí mismo.

No podía, no se enfrentaría a este hombre. Por eso abandonó la casa de su padre.

Impulsado por la desesperación, el pobre adolescente comenzó a mendigar para alimentarse, pero sus súplicas cayeron en saco roto ya que los residentes de Gotham City eran muchas cosas, cínicos y resistentes. Pero caritativos, no lo eran.

'Es un milagro que el pobre niño haya sobrevivido tanto como lo hizo...'

Reflexioné mientras escuchaba la continua avalancha de insultos verbales de Logan, sus puños aún amenazadores al nivel de los hombros mientras una amarga sonrisa tiraba de mis labios, una expresión que él percibía como un desafío.