1- Deuda por saldar.

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-•8:00pm•-

—No lo entiendo, ¿Por qué aún no se ven los soldados enemigos, Ghost?-Volteé a verlo.

Habíamos estado esperando y viendo los alrededores desde la mira de mi franco, sin encontrar los objetivos.

—Quizás porque tú único enemigo hoy seré yo.

Lo miré confusa, su tono me decía que detrás de ese pasamontañas había una sonrisa.

—¿Es una broma?-Dejé el franco de lado y al no recibir respuesta especulé que si lo era.- Esta broma te va a costar muy caro.

Ghost se acercó tomándome por la cintura y disminuyendo la distancia entre nosotros.

—Permíteme saldar la deuda de inmediato.-Esbozó y descubrió su boca del pasamontañas.

Era la primera vez que podía ver parte de su rostro, y genuinamente no iba a desperdiciar la oportunidad...
Su labio inferior era ligeramente más grueso que el superior. El notó que mi mirada no se desviaba de sus labios y en un pestañeo la distancia entre nosotros ya no existía.

Sentir sus labios sobre los míos me tomó por sorpresa, aún así algo dentro de mi me imploraba continuar.
Seguí su beso durante un momento hasta querer llegar a más.
El sentimiento era mutuo, por lo que comenzó a quitar el seguro de mi chaleco táctico con facilidad, una vez lo quitó, siguió con cada botón de mi camisa hasta encontrarse con mi pecho semidesnudo.

—No son como creí que serían...-Dijo medio sorprendido.

—Claro que no.-Solté una carcajada.-Son mejor.

Comencé a quitarle prenda por prenda hasta dar con su pecho desnudo, acerqué mi rostro a su cuello y lo besé con pasión.
De vez en cuando escuchaba sus suspiros y debía admitir que me encantaba tener el control de la situación.
Nos recostamos sobre el pasto quedando yo sobre el, su entrepierna se sentía dura y sabía perfectamente el por qué, me movía lentamente sobre el y disfrutaba de lo placentero que se sentía el roce.

Nuestros labios se encontraban de vez en cuando y mordía ligeramente su labio inferior, el agarraba mi trasero con ambas manos para ejercer más presión a los roces.
Me detuve para bajar su pantalón hasta las rodillas, mi mirada se dirijo a su rostro medio cubierto con el pasamontañas, sus labios medio abiertos y su mirada estaba clavada en mi.

—¿Quieres que continúe?-Sonreí lujuriosa al tenerlo así.

—Afirmativo.-Acercó su rostro al mío.

—¿Sabes qué?-Llevé mi mano derecha hacia su miembro y comencé a acariciarlo.

El parecía disfrutar el tacto, con mi mano izquierda acaricié su barbilla.

—¿Qué?-Me miró incrédulo.

—La deuda ya está saldada.-Le sonreí una ves más y me puse de pie.

—¿Qué?-Parecía no entender.

—Lo que dije.-Tomé mi chaleco y el franco.- Hasta mañana... Simon.

Le lancé un beso en el aire y comencé a caminar de vuelta a la base.
Lo último que vi fue como se tocaba los labios.

Simon Riley y tú (+18) One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora