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Capítulo 41

El sabor de la libertad

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Al ver cómo el buey almizclero engañaba al cachorro ante sus ojos, el público estaba simplemente furioso.

Pero habían más espectadores en el estudio que estaban confabulando con ellos.

Así que los dos bandos, se destrozaron mutuamente.

〔 ¡Qué vergüenza!, si estuvieras en el mundo real, serían un auténtico traficante de personas! 〕

〔 ¿Te estás riendo mí?, ¿estás empatizando con un accesorio?, no es raro que en un programa de supervivencia se utilicen todos los los medios posible para conseguir recursos, ¿no? 〕

〔 Si tanto te gusta la utopía, ¿por qué no vas a ver dibujos animados?, ¿por qué estás viendo un programa de supervivencia? 〕

〔 Me he quedado sin palabras, unos cuantos hombres, lo único que pueden hacer es jugar sucio, ¿no pueden competir de forma leal?, los otros jugadores no son tan sucios. 〕

(Las ventanas emergentes anteriores están relacionadas con el contenido de la competencia y afectan a la equidad de la misma, por lo que serán bloqueadas y no podrán ser vistas por los jugadores.)

Una palabra de los profesores de justicia y les esperaba un aluvión de refutaciones. El grupo, mudo e inocente, lentamente, y sin ganas de continuar el estancamiento, se limitaron a mirar a Er zai con lástima y pesar.

Sin embargo, mientras observaban tranquilamente, se dieron cuenta de que...

Er zai no parecía agraviado.

Buey almizclero: "¿Cómo es que Xia Chu te intimida?"

Er zai sacudió la cabeza: "No lo sé."

"¿Qué clase de persona es Yan Shiqing en privado?"

Er zai siguió moviendo la cabeza: "No lo sé."

"¿Qué suele hacer?"

Er zai: "No lo sé..."

Er zai seguía diciendo "no lo sé".

〔 2333, esto podría llamarse, ¿la oscuridad se la torpeza? 〕

〔 Como era de esperar del ahijado del Mariscal Yan. 〕

〔 Naturalmente listo, naturalmente puede hacerle frente a la mayor parte de la angustia, jajaja. 〕

El público justiciero, que acababa de fracasar, sintió una ceja levantada.

El buey almizclero se quedó completamente mudo, y su tono era tan paciente como antes: "Entonces, ¿qué sabes exactamente?"

Una niebla nubló los ojos de Er zai y dijo con ojos llorosos: "¡Yo, yo los odio!"

Papá, padrino, lo siento.

Pero el cachorro se vio obligado a hacerlo, podrán entenderlo, ¿verdad?

Como tenía lágrimas en los ojos y se sentía agraviado por haber sido regañado, era difícil ver su verdadera expresión. Al menos el buey almizclero, por lo molesto que estaba, no se dio cuenta de que Er zai estaba mintiendo.