Capítulo 105

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¡Tía!

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Hasta que no compró la casa, Xia Chu no sintió de verdad aquello de que "una casa de oro no es tan buena como una casa de hierba*".

(*Nada es mejor que tu hogar, no importa si es una casa con o sin lujos, siempre y cuando tenga un ambiente familiar agradable.)

Se sentó con las piernas cruzadas en el suelo de su nuevo hogar y suspiró cómodamente: "No quiero irme."

Yan Shiqing se sentó a su lado con una sonrisa al final de los ojos: "¿No quieres volver?"

Los ojos redondos de Xia Chu le miraron.

Yan Shiqing dijo con pesar: "Es una pena que las verduras silvestres y las zanahorias del huerto trasero estén maduras estos dos días, parecen tan frescas y tiernas....."

Antes de que terminara de hablar, Xia Chu ya se había levantado de un salto del suelo y dijo con ojos brillantes: "¿Cuándo volvemos?"

La sonrisa de Yan Shiqing se hizo más profunda: "Ahora."

En ese mismo momento, un invitado especial llegó a la villa de Yan Shiqing.

La señora Yan se quedó de pie frente a la puerta, mirando hacia arriba, a la cascada de enredaderas que caía por la ventana del balcón del primer piso.

Bajo sus gafas de sol, con las cejas alzadas, un exuberante telón de fondo verde salpicado de enredaderas y flores amarillentas, un espectáculo bastante salvaje.

Parecía que la estética de su hijo había mejorado considerablemente.

Cuando el viejo mayordomo vio a la Señora Yan, no pudo evitar quedarse mirando.

Pero enseguida volvió en sí y tomó la iniciativa de tomar el termo de la mano de la señora Yan, explicándole: "¿Ha venido la señora a traerle sopa al joven maestro? El joven maestro está fuera de momento, acompañando a la señora a ver la casa".

La señora Yan asintió con la cabeza. Se quitó las gafas de sol y sus ojos no dejaban de mirar a su alrededor: "¿Dónde está el señorito?"

El asombro en los ojos del mayordomo fue fugaz.

No es de extrañar que la señora Yan de repente se acercó, por lo que sabía acerca de las noticias de los cachorros. De hecho, si Yan Shiqing no se hubiera empeñado en explicarlo, la noticia se habría ocultado hace tiempo.

El viejo mayordomo dijo con impotencia: "Ha salido con el jove maestro. Creo que volverán en un par de horas".

En cuanto terminó de hablar, se oyó un leve movimiento al otro lado de la puerta. Sonaba como si la cubierta de vuelo de Yan Shiqing hubiera llegado a casa.

La señora Yan se sorprendió por un momento, pero recuperó la compostura con suma rapidez y se sentó en el sofá, esperando a que entrara la persona de la puerta.

......

Aunque habló de ir juntos a casa, cuando llegó a la puerta de la villa, Yan Shiqing no se bajó de la cápsula de vuelo.

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